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Un momento de la coreografía 'Amor de Solana III', interpretada por los alumnos de la Esceula Proefsional de Danza de Castilla y León, Henar Sastre

Emocionar con el habla del cuerpo

Los alumnos de la Escuela Profesional de Danza Clásica y Española estrenan hoy cuatro coreografías en su gala en el auditorio Miguel Delibes

Victoria M. Niño

Valladolid

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Jueves, 4 de abril 2019, 22:25

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Saldrán al escenario del Miguel Delibes y estrenarán cuatro coreografías de afamados creadores. Una treintena de alumnos de los dos últimos cursos de al Escuela Profesional de Danza de Castilla y León, especialidades de Clásica y Española, tendrán en sus cuerpos el mensaje de sus maestros, el que llevan trabajando todo el curso al que añadirán su humor, su cadencia, su interpretación. Los alumnos serán esta tarde artistas. A las 20:00 horas comienza su gala.

Clara Blanco, directora de la Escuela, ha encargado a Daniel Doña y a Javier Latorre dos coreografías españolas mientras que Fabrice Edelmann y Luisa María Arias han sido los creadores de las dos clásicas. Precisamente estos dos últimos han sido los profesores especialistas de esta disciplina durante el curso, así que han trabajado cada mes con los alumnos. Doña y Latorre han confiado a la maestra repetidora Pepa Sanz el trabajo de continuidad.

En todo arte, por clásico que parezca, se dejan sentir modas. Clara Blanco considera que en la danza de hoy predomina la investigación. Quizá sea casualidad, pero en las dos primeras propuestas sonó música antigua a través de guitarras, violas da gamba, órgano, la voz de un contratenor, tan reconocidos de nuevo. Hacer danza española y clásica con esos sonidos es ya un mirador más que interesante.

'El jardín', de Daniel Doña, es pura sorpresa y magia. Sirenas con colas de volantes, medio cuerpo de baile escondido para aparecer por sorpresa. Trabajo de brazos, el cuerpo buscando el sol, la luz, como los árboles. Música de Santiago de Murcia, guitarras desnudas y una canción popular gallega para terminar en una preciosa figura en la que los 14 bailarines cantan entre las colas que alfombran el suelo.

Fabrice Edelmann, asistente de Nacho Duato cuando colgó las punteras, ha asomado a sus alumnos a la libertad barroca, a los silencios de Bach y Cabezón, y han conectado con sus extremidades el XVI con el XXI, la partitura alejada aún del corsé clásico, con la danza canónica y, sin embargo, reinterpretada. Trío inicial, seguido de dúo, baile a cinco y después el tutti de otros catorce bailarines. Aún siguen siendo una minoría los hombres en la danza, pero al menos había uno en cada coreografía, con solo propio en esta de Edelmann.

En la mitad de la gala, descanso de 15 minutos. El ensayo general estuvo animado por familiares que pronto hicieron notar junto a los profesores la satisfacción por lo visto. Habían conseguido emocionar y hacer que el público deseara estirarse en el asiento, aspirando, como ellos, a hablar con el cuerpo.

Luisa María Arias ha diseñado para ellos 'Double game', dentro del clásico de vanguardia, y Javier Latorre introduce el elemento flamenco en 'Amor de solana III'. Buena parte de estos alumnos participaron en la clase magistral de Antonio Márquez el pasado mes de noviembre. «Para que el sentimiento se exprese a través del baile, hay que llegar con los deberes hechos», les dijo. Y así llenarán hoy el escenario. No hay muchas ocasiones en Valladolid de ver un espectáculo así.

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