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El diablo y el mundo onírico de los Brueghel toman el Museo Nacional de Escultura de Valladolid
El Palacio de Villena acoge la exposición en la que se reflexiona sobre la tentación, el pecado y el demonio a través de 27 piezas de los siglos XVI y XVII y su reinterpretación contemporánea con una videoinstalación de Antoine Roegiers
JESÚS BOMBÍN
Valladolid
Viernes, 30 de noviembre 2018, 18:10
Los Brueghel levantaron acta entre los siglos XVI y XVII del desenfreno, de la avaricia, la estupidez y la envidia, de un mundo doloroso que plasmaron en sus lienzos con ligereza, ironía y espíritu transgresor. A ese paisaje estético y espiritual se ciñe la exposición 'El diablo, tal vez. El mundo de los Brueghel', inaugurada en el Palacio de Villena.
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Un total de 27 piezas del taller del Bosco, de Pieter Brueghel 'el Viejo', de Jan Brueghel de Velours y varias obras de factura anónima componen el recorrido de una muestra realizada con fondos del Museo Nacional de Escultura, del Prado, del Lázaro Galdiano y la Biblioteca Nacional y con la que la pinacoteca vallisoletana se adentra en los temas de la tentación, el pecado y el diablo, que absorbieron el interés de los pintores flamencos de finales del siglo XV hasta comienzos del XVII.
También se pueden contemplar siete grabados que Pieter Brueghel 'el Viejo' concibió como 'Los siete pecados capitales'. A partir de estas obras realizadas en 1558, se prolonga la reinterpretación en clave contemporánea del mundo de Brueghel padre con 92 dibujos en los que el artista belga Antoine Roegiers (1980) deconstruye la avaricia, la lujuria, la desidia, la envidia, la gula, la ira y la soberbia. Todo ello culmina proyectado en siete películas de animación digital que ofrecen las escenas en movimiento de los dibujos alusivos a cada pecado, en las que al final desaparecen los personajes vaciando las estampas de presencia humana manteniendo los mismos paisajes y arquitecturas
«Es una exposición con cientos de personajes y escenas que combina dos mundos separados en 500 años: el de la pintura flamenca y su representación de mundos de pecado, tentaciones y diablos y la reintrepretación actual de Antoine Roegiers», explicó María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura.
Hasta el 3 de marzo se pueden contemplar los paisajes oníricos y de pesadilla que reflejaron los Brueghel en sus lienzos, recreando escenas donde lo inquietante convive con el sarcasmo y lo grotesco sin fronteras para la imaginación.
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