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Harvey Weinstein se declara «no culpable»

El productor sostiene que todas las relaciones con las mujeres que lo denunciaron fueron por consenso

COLPISA / AFP

Nueva york

Martes, 5 de junio 2018

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Harvey Weinstein se declaró no culpable de los delitos de violación y agresión sexual ante un tribunal de Manhattan este martes, en el arranque de una batalla judicial crucial para el movimiento #MeToo, que sueña con verlo entre rejas. «No culpable», musitó quien fuera el todopoderoso productor de Hollywood ante el juez que le leyó el acta de acusación. Weinstein, que compareció vestido con americana, corbata y vaqueros en un tribunal de Manhattan repleto de abogados y periodistas, fue inculpado el 25 de mayo de un delito de violación por haber obligado presuntamente a una joven a practicarle una felación en 2004, en las oficinas del estudio Miramax, y de otros dos delitos por violar a otra joven en 2013. El acusado, que podría ser condenado a 25 años de cárcel, deberá presentarse nuevamente ante la corte el 20 de septiembre.

Varias veces respondió que «sí» cuando el juez le recordó los detalles de su libertad condicional. Fue su abogado, Bren Brafman, quien más habló en la audiencia del martes. «No importa cuán abominable sea el crimen, se presume que Weinstein es inocente. Es también abominable acusarlo falsamente de violación», dijo Brafman. «Vamos a luchar contra esto en la corte», anticipó.

Aunque solo dos mujeres son mencionadas en esta acusación en el ámbito penal, más de un centenar afirmaron desde octubre haber sido acosadas sexualmente por Weinstein a lo largo de varias décadas. Esto convirtió al exproductor en un catalizador del movimiento #MeToo y en uno de los peores depredadores sexuales de la historia reciente de Estados Unidos.

Brafman dijo que la demanda por violación parte de una mujer que durante una década tuvo una relación consentida con Weinstein, pero esta información no fue confirmada. La inculpación por felación forzada proviene de Lucia Evans, una consultora de marketing que en 2004 soñaba con ser actriz y que en octubre pasado contó su historia a la revista The New Yorker. Su relato es similar a muchos otros testimonios de famosas actrices como Ashley Judd o Gwyneth Paltrow, y sobre todo de jovencitas desconocidas que esperaban que el productor las convirtiera en estrellas.

Evans relató que Weinstein le prometió un papel en 'Project Runway', su programa para aspirantes a ser modelo, antes de obligarla a practicarle sexo oral. Luego el productor continuó la jornada como si nada hubiese sucedido.

Futuro

Condenado ya por la opinión pública, ¿podría Weinstein, de 66 años y padre de cinco hijos, evitar la prisión? «Es difícil predecir el desenlace», dice Suzanne Goldberg, profesora de Derecho de la Universidad de Columbia, en parte porque «no ha habido muchas demandas por agresiones sexuales contra personas conocidas. Lo cual dice mucho sobre el escepticismo que pesa sobre las mujeres que acusan a hombres poderosos».

El movimiento #MeToo quebró el 'status quo' favorable a los hombres, como mostró la reciente condena del famoso actor de televisión Bill Cosby por una agresión sexual cometida en 2004, en un segundo juicio. Pero el fiscal deberá «probar 'más allá de una duda razonable' que Weinstein cometió delitos con esas dos mujeres en particular», señala.

Nadie piensa, sin embargo, que las demandas quedarán en agua de borrajas, como fue el caso para Dominique Strauss-Kahn, acusado de agredir sexualmente a una camarera en un hotel de Nueva York en 2011. Aunque es el mismo Ben Brafman, una eminencia de la abogacía que defendió al exdirector general del FMI frente al mismo fiscal de Manhattan, Cyrus Vance.

El abandono de las demandas contra DSK cuando la credibilidad de la acusadora se vino abajo fue una bofetada para Vance. Esta vez, el fiscal ha tomado todas las precauciones para verificar las pruebas y la credibilidad de las demandantes, dijeron varios abogados.

Para Michael Weinstein (sin parentesco con Harvey), abogado neoyorquino y exfiscal federal, Brafman intentará probar que «las relaciones fueron consentidas», aunque luego, con la llegada del #MeToo, las acusadoras «ya no tienen ese recuerdo».

Como en el caso de Cosby, la batalla principal giraría en torno de las otras potenciales víctimas de Weinstein, que la acusación puede llamar al banquillo como testigos. Algunos de estos testimonios pueden bastar para convencer al jurado de que el productor tenía «sistemáticamente tendencia» a abusar de las mujeres, subrayó Michael Weinstein.

Bennett Gershman, profesor de Derecho de la Universidad Pace, está casi seguro de que el productor, «el peor de los depredadores sexuales», terminará en los próximos meses negociando un acuerdo para declararse culpable, evitar un juicio y así lograr una reducción de su pena. Por muy bueno que sea Brafman, «incluso el mejor abogado no puede hacer magia», dijo Gershman. «Ningún jurado tendrá simpatía por Weinstein», remachó.

A la espera del desenlace de esta batalla judicial, el caso otorgará munición a más de una decena de mujeres que demandan a Weinstein ante la justicia civil. Como ilustró el caso O.J. Simpson, un veredicto de culpabilidad es más fácil de obtener en el ámbito civil que en el penal. Por ello, aunque escape a una dura pena de cárcel, Weinstein parece condenado a la ruina.

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