Cate Blanchett es Lidia Tár, la directora que protagoniza la película.

Dos vertientes

'Tár' brilla como reflejo del mundo de la música clásica y es más convencional en el tratamiento de la vida personal de su protagonista

Fernando Herrero

Valladolid

Martes, 7 de febrero 2023, 12:46

Dos vertientes se entrecruzan en este largo y fascinante filme. La música en su amplitud y la caída de una directora de orquesta por ese tipo de acusaciones, muchas veces mentirosas, sobre abusos sexuales. La música clásica, la orquesta, la Filarmónica de Berlín, una clase, relaciones lésbicas, Mahler, la 'Quinta', el 'Concierto de chelo' de Elgar, tocados por ella. Comentarios, clases y anotaciones rigurosas que dan total verdad a esta parte de la trama.

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Vida interior de Tár con la gente de la Orquesta. Favores y traiciones, admiración y ruptura y desagrado por algunas decisiones de la directora. Es como un contrapunto de los buenos ensayos. La actriz, prodigiosa, los vive con la duda y con la certeza. En una sucesión de planos secuencia que abarcan todas las imágenes desde un ritmo muy calculado que también contrasta los momentos de quietud con las caminatas y marchas de Tár. Contraste entre ritmo sensación de pasividad. El tempo, fundamental en la dirección de orquesta, está muy estudiado y el largo recorrido de la historia tiene un final en el que la música se convierte en una especie de extraño ritual fuera de Occidente.

Como melómano impenitente me pareció magistral la primera vertiente de la historia, menos interesante la segunda, más clásica. La definición de la música clásica de Bach, Beethoven, Mahler, Elgar, es exacta, como la visión general, como muchos comprendemos y amamos esta clase de arte. La morosidad del ritmo, en secuencia en que Tár golpea a su sustituto en el podio, crea una atmósfera de reflexión que el talento del realizador, fuera de los cánones rutinarios, genera. Están muy bien los actores. Sobresaliente Cate Blanchett, en voz y gesto, inmóvil o dirigiendo y marchando. Un verdadero logro que enlaza con el tema y que en cierto modo lo asume. La actriz es la música, el arte más sublime, y la película su testimonio.

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