'El brindis': humor francés para provocar la risa

En época de pandemia hacía falta una película como esta. Humor francés, tanto en el dialogo como en la imagen, que quiere ser original y romper la simple narratividad. Lo que es extraño es el título español. No hay ningún brindis, pero sí un discurso en una boda que se repite varias veces, todas imaginarias, menos la última que pone fin a la historia.

La película se centra en la repetición. Una cena familiar y el famoso discurso. Adrien es el personaje que imagina y actúa. Están también su pareja que descansa de él 38 días, su hermana y el prometido de esta, y sus padres. La novela en la que se basa tiene gracia, sostenida y aumentada en el film imaginativo y sus estupendos intérpretes.

Tal vez este carácter repetitivo podría llegar a cansar, pero el realizador lo evita con la aparición de personajes, la chica a la que Adrien disfraza, el cantante que enamora a la expareja, el niño Jusin que se pega una leche en la bicicleta, etc. Con economía de medios y con rupturas de imágenes, el humor suave se instala de principio a fin.

Nuestros defectos repetitivos deben ser denunciados. Al pobre Adrian solo le regalan enciclopedias que no lee, la madre no sabe que lo que le ha regalado Adrian de niño es la figura de un pene que ha colocado en el salón y el cuñado es un pelmazo que siempre da lecciones de física, como el padre que repite una y otra vez las mismas anécdotas.

Contada por Adrien, la historia queda abierta. Una canción de la pareja de este parece una despedida total que él no acepta. Los actores franceses siempre son creíbles, aun en las situaciones más grotescas. Buen humor y una pequeña reflexión sobre costumbres y actitudes no vienen mal, ni mucho menos. Frente a las distopías, una cena y una boda (actuales) abren la risa y originan que la pandemia retroceda.

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