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Carmen Conesa, Xavi Mira y Lydia Fairén, ayer, en una sala del Teatro Calderón.

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Carmen Conesa, Xavi Mira y Lydia Fairén, ayer, en una sala del Teatro Calderón. Gabriel Villamil

«Lo más difícil de actuar en 'La familia Addams' con este vestido es bailar y no acabar en el suelo»

Carmen Conesa lidera el elenco de artistas del musical, que abrió ayer en el Calderón cinco días de representaciones

JESÚS BOMBÍN

Miércoles, 30 de mayo 2018

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Una hora y media le lleva a Carmen Conesa (Barcelona, 1960) convertirse física y mentalmente en Morticia, piedra angular de los Addams, la tétrica y excéntrica familia que puebla estos días los camerinos y las tablas del Teatro Calderón de Valladolid. «Es lo que exige prepararme para el personaje, un cuarto de hora de calentamiento de cuerpo, luego maquillaje, peluquería y preparación de voz», cuenta la actriz catalana, que ve en el maquillaje una manera de entrar en el personaje «como si me poseyera».

Lo contaba dos horas antes de subir al escenario con el musical 'La familia Addams', que alzó el miércoles el telón en la primera de las siete funciones que pondrán en escena hasta el domingo. El espectáculo dirigido por Esteve Ferrer lleva de gira desde octubre del año pasado y ha sido aplaudido por 150.000 personas. La clave, al decir de Conesa, es que junta ingredientes que no fallan: «Hay una muy buena adaptación al público español que ha hecho el director Esteve Ferrer, con guiños y gags que invitan a reírse constantemente, un elenco de buenos actores y cantantes con mucha vis cómica –que son los que el director quería–; y también aportan mucho las músicas, con un punto muy pegadizo que hace fácil empatizar con ellas. Eso hace un cóctel molotov total».

Con un espectáculo heredero de la estela de la adaptación televisiva de los años setenta, de su estreno en los cines en 1991 y de versiones cinematográficas, el musical, asegura Carmen Conesa, tiene efectos terapéuticos tanto para el espectador como para los actores. «Estamos todos tan encorsetados que no podemos pasar ni un minuto de nuestro tiempo sin pensar. El espectáculo es tan divertido y hace reír tanto que resulta liberador ver que el espectador se troncha, que se lo pasa tan bien y aplaude tanto. Eso me proporciona mucha satisfacción. Mucha».

La propuesta escénica respeta el guion original estrenado en Chicago y Broadway en 2009 y 2010, aunque adapta algunos gags a la época contemporánea con alusiones a Donald Trump y la política española, aunque con lo que se queda la actriz es con la capacidad de la obra para frivolizar sobre la muerte. «El argumento se lleva muy bien porque mira con humor cementerios, ataúdes y vísceras con la idea de extraer una visión lúdica y juguetona; ha transcurrido mucho tiempo desde las viñetas que ideó Charles Addams en 1937 y la adaptación televisiva que hacía una sátira de la sociedad americana, todo eso sigue teniendo vigencia, diciéndonos que es bueno y sano reírnos de temas trascendentales dándolos un punto de humor y sarcasmo».

¿Es la normalidad una ilusión?, se interroga Morticia en la obra y contesta quien la encarna: «Todo lo que te pueda parecer normal lo será, y lo que no, también. Los Addams viven en un juego continuo; lo que más les divierte es jugar, viven completamente libres, tienen las necesidades cubiertas –deben tener las hipotecas, la luz y el agua pagados–, para dedicarse a vivir como les da la puñetera gana. Por eso creen que lo normal no existe, que lo mejor es ser completamente espontáneo y no estar sujeto a ningún tipo de principios limitantes».

En la función canta, baila e interpreta, aunque confiesa que lo que le ha resultado más difícil ha sido llevar el vestido y no caerse. «Esta vestimenta tiene unas circunstancias especiales, como unos tentáculos muy complicados de llevar, y hace que lo más arduo y arriesgado para mí sea bailar y no acabar en el suelo mientras giro», cuenta mientras se ajusta el escote que su marido en la función, Xavi Mira, califica como «suicida».

El actor alicantino interpreta a Gómez, mordaz y vividor padre de familia convencido de que el musical tiene suficientes alicientes humorísticos y coreográficos para pasarlo bien y atrapar al público. Aunque admite que trabajar con Esteve Ferrer supone un plus de exigencia. «Es un director que exige muchísimo, más allá de tus posibilidades, pide que vayas al límite y eso implica un reto normalmente siempre bien acompañado de un buen resultado, lo que te impulsa a darle más de lo que te pide».

Tras varios meses de experiencia y observación de las reacciones del público, se muestra también convencido de que los espectadores «no salen decepcionados y después funciona el boca a boca».

En la mente de la macabra hija adolescente Miércoles, apasionada de las arañas, se introduce Lydia Fairén (Barcelona, 1989). La relación con su novio Lucas Beineke, aparentemente 'normal' y previsible en contraposición al mundo al revés de los Addams, desencadenará situaciones esperpénticas de la mano de esta actriz que aborda su quinto musical. «Esta es la comedia del año en cuanto a musicales porque todo el que nos visita deja una sonrisa;es un musical redondo, con canciones muy elaboradas y difíciles de interpretar», asegura quien ha absorbido la personalidad «de una oscura joven con inquietudes de adolescente y muchas hormonas». Carmen Conesa, Xavi Mira y Lydia Fairén adoptan gestos de gravedad y mirada tenebrosa, un punto burlona, que la música y la coreografía transformarán después en celebración gótica.

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