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Gregorio Luri.
Así fue el Aula de Cultura con Gregorio Luri

Así fue el Aula de Cultura con Gregorio Luri

Aula de Cultura ·

El profesor y filósofo habló sobre educación y sobre el poder del conocimiento

fernando conde

Lunes, 21 de septiembre 2020

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Gregorio Luri suscita entre la pedagogía moderna una división de opiniones pareja a la que suscitara un día Rafael el Gallo en la plaza de toros de Córdoba. Pero ese es el precio que han de pagar quienes, como Luri, no están dispuestos a comulgar educativamente con ruedas de molino. En poco tiempo la escuela ha sufrido una revolución –o involución- propiciada por la irrupción de la psicología -íntima de la pedagogía disruptiva- y por la adanista idea de que la escuela ha de ser, casi, un parque de atracciones, sin espacio para la frustración, el esfuerzo y la disciplina. El viejo matrimonio del 'docere delectando' se ha quedado viudo de infinitivo. De ello hablará el profesor Luri en el Aula de Cultura que, a partir de las 19 horas, podrá seguirse en nuestra web, gracias al patrocinio de Obra Social laCaixa y Fundación Vocento.

–En educación, ¿qué importa más el conocimiento o las competencias?

–Contraponer ambas cosas es absurdo. Los estudios internacionales muestran que los alumnos que poseen mayores conocimientos matemáticos son los que mejor resuelven problemas. Es Schleicher, el factótum de PISA, el que insiste, para defenderse a sí mismo, en que un conocimiento sin datos es sólo una opinión. Es difícil saber qué puedo hacer con algo si no sé qué es. Es decir, la competencia práctica va de la mano de la competencia teórica. No podemos renunciar al placer del saber por el saber.

–¿Por qué la moderna pedagogía ha arrinconado a la memoria?

–Por una escandalosa ignorancia de lo que es la memoria. No saben diferenciar entre memoria de trabajo y memoria a largo término. La memoria no es más que el residuo que deja una experiencia al pasar. Si el residuo es 0, ha habido un conocimiento 0. No hay conocimiento si no se ha producido alguna modificación en la memoria a largo término de un alumno. Los aprendizajes no memorísticos no existen.

–El debate está en la calle, ¿puede la teleducación sustituir a la educación presencial?

–En sentido general, la relación cara a cara es pedagógicamente insustituible. Hemos descubierto que el teléfono -el contacto telefónico profesor/alumno- es mucho más eficiente que una videoconferencia, y que un vídeo corto y bien estructurado puede ser muy útil porque el alumno siente que el profesor se dirige a él directamente. Pero hemos comprobado también que la relación cara a cara es más necesaria cuanto menor es la edad del niño, más reducidos son los recursos culturales de su familia y menor es la presencia de Internet en el hogar.

–El famoso pacto por la educación está en boca de todos, pero nunca llega. ¿Por qué?

–Porque los debates se centran en cuestiones ideológicas y no en la identificación de los problemas reales de nuestro sistema educativo y en sus alternativas. Por otra parte, dudo que, a efectos prácticos, España posea un solo sistema educativo. Más bien parecen ser dos. En uno que, para entendernos, se extiende desde Salamanca hasta La Coruña y Navarra, los resultados han sido relativamente buenos -aunque mejorables- con todas las leyes que hemos tenido. En el otro, han sido manifiestamente malos a pesar de tener las mismas leyes. La pregunta, entonces, es obligada: ¿cuál es la incidencia real de nuestras leyes educativas en las prácticas pedagógicas?

–Castilla y León suele salir bien en los informes educativos internacionales, ¿qué hacemos bien?

–Esa es la pregunta que debieran estar haciéndose todas las comunidades españolas y que el Ministerio de Educación debiera atreverse a responder. Pero Castilla y León también debería preguntarse por qué ha bajado el porcentaje de excelencia entre sus jóvenes de 15 años en los últimos 10 años. Sin duda una comunidad que comenzó su historia pedagógica moderna con la Escuela de Villablino y que pronto alcanzó una escolarización casi universal, posee un aprecio por la educación que explica sus buenos resultados. Pero, ¿puede ese aprecio impedir que os durmáis en los laureles? Me atrevo a plantearos una pregunta: ¿tiene Castilla y León capacidad para retener la excelencia que produce?

Aula de Cultura con Gregorio Luri. Martes 22 a partir de las 19:00 horas en la web de El Norte

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