Ramón Mayrata analizará mañana en el Aula de Cultura la magia en la obra de Cervantes

La aportación del Aula de Cultura de El Norte al IV Centenario de la muerte de Cervantes se completa mañana miércoles con otra sesión dedicada al padre de la novela, en este caso a cargo del poeta, periodista e investigador Ramón Mayrata, quien hablará sobre La magia de Cervantes en una nueva entrega patrocinada por CaixaBank con el apoyo de la Junta y el Ayuntamiento de Valladolid. Mayrata, un experto en el tema, explicará cómo el Renacimiento representa justo el momento histórico en el que la magia se desacraliza y deja de ser algo sobrenatural para tener una explicación lógica o científica, un hecho que produce un desencantamiento general en una sociedad que pierde de ese modo un referente sobrehumano. Será a las 20:00 horas en el Museo Patio Herreriano.

En ese entorno, explica el investigador, «surge el espectáculo del ilusionismo con la misión de escenificar ese misterio, ese encantamiento» que se ha perdido. El paralelismo entre este acontecimiento y la figura de don Quijote es evidente para este escritor ya que al principio del libro, relata, el personaje cervantino por excelencia «empieza creyendo en las fuerzas sobrenaturales y él mismo se convierte en un luchador contra los magos» y los fantasmas. Pero con el paso del tiempo, según va superando aventuras, el hidalgo «también se va desencantando y acaba perdiendo esa idea de una existencia heroica».

Explicar los milagros

La magia es utilizada entonces por las personas con una mayor cultura científica para demostrar a los más ignorantes en esa materia la explicación de algunos presuntos milagros. Primero producen el prodigio y luego desvelan el secreto. Ramón Mayrata pone como ejemplo la cabeza parlante, un ingenio que sorprendía a quienes desconocían el sistema de cables escondidos en las paredes que producían el efecto. Con este invento, cuenta el periodista, recibe don Antonio, un acaudalado catalán que aparece en la segunda parte del Quijote, al héroe cervantino, que acaba creyendo que se trata de un ser prodigioso que no solo habla, sino que además adivina su futuro. En ese instante el caballero «siente que su vida ha sido una especie de sueño», desaparece el encantamiento y vuelve a ser Alonso Quijano.

Mayrata relata otros ejemplos de magia que aparecen en la novela del alcalaíno, como la espada trucada con la que Basilio finge su muerte en Las bodas de Camacho para acabar llevándose a la novia, conmovida por su romántica exhibición amorosa, o el mono adivino que protagoniza una escena del Retablo de Maese Pedro, una muestra de los llamados animales sabios, autómatas trucados como el famoso Clavileño, el caballo de madera con el que unos duques gastan una broma a don Quijote y Sancho Panza en la segunda parte de la obra.

Es, concluye Mayrata, «el comienzo de la sociedad del espectáculo con la irrupción del ilusionismo», el arte de crear la ilusión en la vida y un concepto que perdura en nuestros días.