«El Quijote es el único personaje de la literatura que reconoceríamos en la calle»
Francisco Rico, académico de la RAE
Victoria M. Niño
Miércoles, 17 de junio 2015, 08:15
Tiene uno de esos currículums que entronizan al dueño en el mundo académico y aparentemente le amordazan para la vida civil. Pero Francisco Rico, sea porque anda preparando su jubileo, sea porque la autoridad filológica no anegó el sentido común ni el del humor, salta de esa peana con facilidad. «Soy de otra pasta», dice, medio convencido, medio provocador. Hablará en el Aula de Cultura de El Norte de El Quijote, ese libro al que ha dedicado buena parte de su carrera, la suficiente como para no fiar a fetichistas de última hora la ilusión turística de Madrid. Los huesos de Cervantes no importan demasiado, literariamente, claro. Ha decidido dedicar su libro póstumo a los orígenes de la literatura europea y en breve se pondrá a ello.
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¿Por qué su Invitación al Quijote?
Sigo insistiendo en que vale la pena, que nadie se arrepentirá y que lo pasará bien. Ahora ¿por qué El Quijote tiene ese éxito excepcional? Nadie lo sabe. Es un libro muy sencillo, no tiene hondura metafísica, invita a la carcajada continuamente. En el fondo, hay algo que pertenece a todos los hombres: todos queremos ser algo distinto de lo que somos, y esa dualidad de vida, ideal y real, está siempre en lucha dentro de nosotros.
Ha pasado lustros corrigiendo a Cervantes, ¿tan descuidado era?
No es que fuera descuidado, es que escribía como hablaba, al menos en El Quijote, y al hablar, todos cometemos irregularidades. Tampoco la imprenta se atenía siempre al original de los escritores. Los cajistas tenían que cuadrar las páginas y quitaban o añadían morcillas.
¿Es usted un detective de los textos del Siglo de Oro?
Sí, tiene gracia. En la imprenta debían llenar una página si quedaba corta y había un repertorio de trucos. Así cuando encontramos que Cervantes escribe «muy alegrísimo» es una invención del cajista que compuso la página para llenar. Yse comprueba en la primera edición, porque cuando ese mismo cajista hace otras ediciones y no tiene necesidad de llenar, quita él mismo los añadidos.
¿El realismo que comenzó con la picaresca, sigue siendo la «poética historia» que decía Mateo Alemán?
En rigor, la historia central de El Quijote no es realista. De serlo, a los 20 minutos de salir el hidalgo al camino le hubiera detenido la Santa Hermandad y le hubiera mandado al Hospital del Nuncio, el manicomio de Toledo. Ahora bien, todo lo que rodea al personaje imposible es absolutamente real, es la realidad cotidiana del siglo XVI y esa es la historia del realismo del Quijote, en un contexto real se planta un personaje que es imaginario, pero tan convincente, tan suyo, que lo aceptamos como bueno.
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¿La lectura obligatoria es un oxímoron opuesto al divertimento que buscaba Cervantes?
No es verdad que El Quijote entero sea una lectura obligatoria, lo que sí se ha utilizado como aprendizaje para la lectura, en capítulos o antologías, pero no entero. El problema hoy es que no se enseña a leer a los chicos y su forma de leer es fragmentaria. En los años que he sido profesor ha cambiado eso, la forma de leer.Cada vez son menos los estudiantes universitarios que llegan ya no habiendo leído como se hacía en mi época en cuanto al número de obras con la atención y el ritmo pertinente, no el de la tele o los móviles. El problema de los muchachos es que llegan a la universidad sin saber leer, literalmente. Su capacidad de atención está adecuada a pantallazos, a la prensa. Pero a pesar de todo, El Quijote es muy leído.
Trapiello y Pérez-Reverte han hecho versiones recientes de El Quijote, ¿da hasta para curar la vanidad del creador?
He seguido muy de cerca la de Trapiello, que es especialmente buena. Todas las versiones son buenas porque un clásico no es solo el texto que aparece en el libro. Un texto son las versiones sociales del mismo. Yel Quijote es el único personaje de literatura universal que si lo encontráramos por la calle, lo reconoceríamos, algo que no pasaría con Madame Bovary o Hamlet a pesar de su vestido. El Quijote tiene categoría de icono.
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Leer a los amigos por ver qué dicen de uno
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Sigue a Pla en el rechazo novelístico «a partir de los 40». Quien ha dedicado su vida a estudiar filológicamente la ficción está leyendo ensayos de «historia contemporánea, que desconozco». Sin embargo, cuando sus amigos publican novela, Rico se busca en ellas. Ha hecho varios cameos involuntarios. Si el último Reverte le convierte en personaje que todos quieren asesinar, Javier Marías le hace amigo del protagonista de Los enamoramientos. Describe a Rico con las siguientes palabras «...su boca muelle, su calva limpia y muy bien llevada, sus gafas un poco grandes, su elegancia negligente algo inglesa, algo italiana, su tono desdeñoso y su actitud entre indolente y mordaz, quizá una forma de disimular una melancolía de fondo que se le nota en la mirada». Rico dice de sí, en la pluma de Marías
¿Cómo ve la Real Academia Española?
Está en un proceso de cambio por razones económicas e intelectuales. Ya se ha acabado el diccionario en papel, los próximos serán electrónicos y eso implica una reorientación general del modo de trabajar no tanto de los académicos que no trabajamos como de los lexicógrafos que necesitarán pautas nuevas.
¿Qué hacen los académicos?
Hay algunos, los que dirigen secciones, que sí trabajan, o yo, que tengo asignada la Biblioteca de Clásicos, pero los que verdaderamente dan esplendor a la casa son los escritores, Javier Marías, Soledad Puértolas... no los curritos como nosotros.
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