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El rapero Mr. Barceló interactúa con Fernando Conde, Francisco Vázquez y José Carlos Monsalve.H. Sastre

El alma de Gil de Biedma en diez palabras

Chema San Segundo presentó ayer en el Aula de El Norte un libro que resitúa la obra del poeta a través del ‘big data’

vIRGINA t. fERNÁNDEZ

Miércoles, 13 de mayo 2015, 12:46

Chema San Segundo presentó ayer en el Aula de El Norte un libro que resitúa la obra del poeta a través del big dataQue, vida, tiempo, ojos, noche, amor, cuerpo, sueño, todo, silencio. Son las diez palabras que condensan el «alma cibernética» de Jaime Gil de Biedma, según Chema San Segundo (Palencia, 1960), autor del libro (In)significantes, que presentó ayer en el Aula de Cultura de El Norte. Esos diez vocablos volaron transportados en aviones de papel lanzados en la penumbra por los asistentes a la Sala Experimental del Teatro Zorrilla, donde tuvo lugar una sesión muy especial del Aula que terminó a ritmo de rap, esa nueva poesía callejera que invita a la juventud a «vencer a su rival líricamente y no a base de golpes», dijo el rapero Mr. Barceló.

El músico se acercó a Valladolid desde Alicante confiando en la complicidad de un auditorio que contaba, entre otras personalidades y habituales de la cita semanal, con el presidente de la Diputación de Segovia, Francisco Vázquez, quien recordó el 25 aniversario de la muerte del poeta barcelonés fuertemente vinculado a la ciudad del Acueducto y, sobre todo, a la localidad de Nava de la Asunción, y de la creación del premio de poesía que lleva su nombre.

El libro de San Segundo forma parte de los actos conmemorativos de la efeméride. El abogado y escritor pretende demostrar con la publicación que se puede abordar la obra del poeta de una manera más asequible para los cerebros de las nuevas generaciones, que «ya no leen de manera secuencial. Ese mundo terminó», señaló. El palentino desveló que la idea del libro surgió de su «insignificancia», su incapacidad, a la hora de acercarse a la pulsión del poeta desde lo estrictamente literario. Como la lectura asociada a soportes digitales se produce a través de «condensaciones desestructuradas», quiso adaptar la poética de Gil de Biedma a cerebros «más plásticos», que responden mejor a impactos visuales. Para ello, sometió su obra al big data, el conjunto de herramientas que ayuda a estructurar las ingentes cantidades de información generadas por la civilización actual con el objetivo de que los datos extraídos puedan resultar útiles.

En este caso, la utilidad de las diez palabras que más utilizaba Gil de Biedma en sus poemas era obtener una «fotocopia del alma del poeta» a través de un mapa visual que haga «más digerible» al lector una obra literaria difícil de asimilar desde el sistema tradicional de lectura secuencial.

En ese intento de alimentar la parte del cerebro receptiva a las artes creativas, el encuentro entre poesía, interpretación (César de las Heras recitó composiciones a partir de la nube de vocablos) y palabras voladoras convertidas en música abrió ayer una nueva dimensión en la obra de Gil de Biedma, un poeta que estuvo tan pegado a su tiempo como sigue estándolo su poesía.

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