«Busco hacer atractiva la Química en el aula»
Miquel Durán, Profesor de Química de la Universidad de Gerona, Investiga y aplica juegos de manos en la educación con la idea de fomentar el pensamiento racional
J. B.
Viernes, 17 de abril 2015, 09:10
Imparte clases de Química en la Universidad de Gerona con el propósito de unir docencia y magia. Interesado por el uso de Internet en las aulas, a Miguel Durán le cautivó desde pequeño el mundo del ilusionismo, cuyos secretos desvela a través de fórmulas científicas.
¿Qué ofrecerá en el espectáculo del viernes?
El taller La magia de la tabla periódica es una experiencia participativa en la que se implica al público con ilusionismo y juegos de humor con los que intentamos enseñar los fundamentos de la tabla periódica de los elementos químicos. Además, proponemos tres experimentos espectaculares que hacen que la sesión sea más atractiva. Son juegos con mucho misterio, con los que la gente se queda muy intrigada. En uno de ellos organizamos un juego masivo de cartas muy divertido, en el que la gente puede aprender conceptos químicos elementales.
¿A qué tipo de público se dirigen?
A niños, jóvenes y mayores, para todos ellos los conceptos que abordamos son divertidos y sencillos. Siempre que los hacemos vemos que los asistentes se llevan una buena impresión.
¿En qué se basa su idea de emplear Internet en la comunicación científica y la docencia?
La química tiene un problema de comprensión por parte del público y, por tanto, no goza de buena imagen, de ahí mi interés por cambiar esa situación. En las noticias la química normalmente aparece con connotaciones negativas: la contaminación de un río, una explosión en una fábrica... y hay un movimiento de científicos que combatimos esa mala imagen, porque todo es química, un ámbito de conocimiento que beneficia a la sociedad, es necesario captar vocaciones científicas. Busco hacer atractiva la Química en el aula.
¿Qué aporta la magia al aprendizaje de las ciencias?
El ilusionismo puede ser muy útil en la educación, puede ayudar a convertir en más atractivos los procesos de aprendizaje y sirve para explicar la ciencia más dura, ayuda a luchar contra la tendencia a abandonar la discusión racional frente a la pseudociencia. Es difícil entender el mundo, la naturaleza, y en las aulas se explica bien, pero a veces no se hace de un modo lo suficientemente atractivo.