Joan Miró y su inspiración en yeso toman la Casa del Sol de Valladolid con 32 esculturas inéditas

A su muerte, la familia del artista se dedicó durante veinte años a recorrer los talleres de fundición de España, Francia e Italia donde había trabajado, a la busca y recuperación de objetos y yesos que moldeaba para dar forma a sus sugerentes creaciones. Una selección de esas esculturas inéditas se podrá contemplar desde el 27 de septiembre en la Casa del Sol dentro de la exposición 'Miró, la musa blanca'. En esta sede del Museo Nacional de Escultura, en la que se da cabida a la colección de reproducciones artísticas, se colocarán 31 obras de escayola y una de bronce trabajadas por el artista catalán, procedentes todas ellas de su familia, de la Fundación Miró en Palma de Mallorca y de Mas Miró, la masía de Tarragona.

El hilo conductor de la muestra atraviesa el proceso de cincelado de las obras en bronce a partir de las esculturas en escayola, penetrando en el poder evocador de los objetos y su trastienda creativa. «Por primera vez a nivel mundial se podrán ver estas obras dentro de una muestra exclusiva para este museo», anuncia Joan Punyet Miró, nieto del artista. «El enfoque es importante porque servirá para que la gente entienda cómo mi abuelo se enfrentaba al bronce y la importancia que le daba a las esculturas, muchas de ellas colocadas en calles de París, Nueva York, Tokio y otras capitales del mundo».

Recuerda Punyet Miró lo laborioso que resultó reunir la obra en escayola, «recorriendo fundiciones españolas y extranjeras con una logística muy compleja en la que cargamos hasta 16 camiones tráiler recuperando objetos, yesos y abundante material; después de un amplio trabajo de catalogación, valoración y gestión, estas piezas se guardan en la familia Miró y estamos orgullosos de colaborar para dar a conocer la obra de un artista que, junto a Picasso y Dalí, han podido dar una imagen de España de primerísimo nivel nivel en lo cultural, es importante todo lo que se haga por mantener viva esa llama».

Desde el Museo Nacional de Escultura, su directora María Bolaños pone de relieve la estela creativa de Joan Miró, «un gran escultor, menos conocido que como pintor, pero tan grande o más que los mejores escultores del siglo XX».

Alega también que con esta exposición de obra inédita se pretende además poner de manifiesto que por más que a lo largo de la historia se haya considerado la escayola como un material pobre, ha sido utilizada como un soporte milenario esencial en el ámbito escultórico.

Otro de los atractivos, añade, será comprobar el efecto resultante al confrontar las obras de Joan Miró con las tallas clásicas de la colección de reproducciones artísticas que se exhiben en la Casa del Sol. «Miró posee una especie de poética mediterránea que dialoga muy bien y en contraste con la escultura clásica», estima María Bolaños.

Cuando a Joan Miró le preguntaban sobre su modo de afrontar la escultura, solía responder que a través de esta especialidad artística lograba crear «un mundo verdaderamente fantasmagórico» frente al resultado «mucho más convencional» que conseguía con la pintura. Un efecto al que no se sustraen las piezas que hasta el 15 de marzo se podrán contemplar en la Casa del Sol, dentro de esta muestra organizada por el Museo Nacional de Escultura con el apoyo de la Fundación Belondrade y la Asociación de Amigos del Museo, a la que se podrá acceder con entrada gratuita.