Despedida a los juegos metafóricos de Chema Madoz
El fotógrafo madrileño clausuró su exposición 'La naturaleza de las cosas' en un multitudinario encuentro con el público en el Museo Patio Herreriano
Hay exposiciones que rejuvenecen a un museo, que bajan la media de edad de los visitantes. Los primeros visitantes que se encontró el sábado Chema ... Madoz saliendo de su exposición eran niños. Le preguntaron si esas fotos eran suyas y ante la respuesta afirmativa, uno de ellos emitió un juicio de crítico certero: «¿Estás jubilado, no?». El fotógrafo sonrió, «aún no». Y recogió el boomerang que lanza desde su estudio y se lo devuelve el público sagaz. El arte, la expresión gráfica de sus pensamientos, en un juego que él disfruta materializándolo y el visitante, viéndolo. «Será por el pelo que me ven mayor y que eso es un pasatiempo». Ayer se clausuró la exposición 'La naturaleza de las cosas' en el Patio Herreriano.
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El fotógrafo madrileño mantuvo sábado un encuentro con el público que respondió hasta llenar la sala, otra habilitada con una pantalla y algunos quedaron fuera. Javier Hontoria, director del Museo, enmarcó esta muestra en la línea que se ha propuesto la institución, el diálogo constante con la Colección de Arte Contemporáneo que alberga. Cuatro fotografías de Madoz, de la serie de cantos rodados, forman parte de aquella. La obra del fotógrafo comparte imaginario con los 'objetos encontrados' de Ángel Ferrant, con la poesía visual de Joan Brossa y las metáforas de Perejaume. A partir de esa relación Olivia María Rubio, la comisaria de la muestra, fue provocando al artista.
«Con Brossa tuve relación personal a partir de ver su exposición en el Reina Sofía, me dejó clavado. Entré en crisis, no sabía si debía seguir o no si había alguien que había hecho eso tan parecido. Y terminamos haciendo el libro 'Fotopoemario' al revés de como suelen trabajar escritores y fotógrafos. Me pidió que le enviara fotos y él escribiría a partir de ellas, fue muy generoso conmigo». A Ferrant le une la idea del aprendizaje como juego y viceversa y con Perejaume comparte además galerista
Madoz comenzó a hacer sus 'escenografías' en los noventa. «No era técnicamente muy bueno, así que al menos lo contado debía estar en otro territorio. Yo construyo las imágenes, a partir de mi información, del grafismo, del objeto, de tipografías, de películas, todo son referentes». Olivia María Rubio apuntó la fragilidad, el paso del tiempo, la melancolía y una pequeña crítica social como constantes de la obra de Madoz, que no deja de exponerse y ahora acaba de inaugurar otra muestra en la galería Elvira González, de Madrid.
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«Nunca imaginé ni en mis mejore sueños que pudiera vivir de esto que para mí es un juego», dijo Madoz enlazando con el mensaje de los niños. En la primera fila, le escuchaban Alberto Gutiérrez Alberca y Ana Redondo.
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