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Obra de George Condo. Reina Sofía
El arte más «gamberro» de la colección Lorenzo en el Reina Sofía

El arte más «gamberro» de la colección Lorenzo en el Reina Sofía

'Cuestiones personales' reúne 48 obras de las casi 400 que la galerista cántabra cedió al Estado en 2014

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Miércoles, 20 de diciembre 2017, 00:10

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A mediados de los 80 y primeros 90 el arte español vivió una edad dorada. Los efervescentes y entusiastas años de la movida en los que artistas como Miquel Barceló, José María Sicilia o Juan Ugalde dan el salto internacional. En buena parte impulsados por galeristas como Soledad Lorenzo (Santander, 1937), retirada hoy del la primera línea y que cedió al Museo Reina Sofía lo mejor de su colección. Con la parte de ese legado «más gamberra, iconoclasta y popular», según Manuel Borja-Villel, el director del museo, se abre al público 'Cuestiones Personales', una selección de casi 50 obras del depósito temporal con promesa de legado que en 2014 la galerista realizó al museo público.

«Lorenzo no es una coleccionista, pero su colección refleja el gusto de la época», dice Borja Borja-Villel, comisario junto a Salvador Nadales de la muestra, y que negocia con Cultura su renovación para un tercer mandato al frente de la 'casa del Guernica'. Una cuestión que habrá de resolverse a finales de enero.

Junto a legendarias colegas como Juana de Aizpuru, Helga de Alvear y Elvira González, Soledad Lorenzo conformó ese brillante 'póquer' de damas del galerismo español que descubrió, alentó y catapultó a varias generaciones de artistas contemporáneos. Lorenzo abrió las puertas de su galería en 1986 y bajó la persiana en 2012. Respetando su gusto, 'Cuestiones personales' se centra «en la recuperación del lenguaje figurativo y las metamorfosis de la representación en las últimas décadas del siglo XX», según sus comisarios. Lo hace con una selección de 48 piezas de 23 artistas españoles e internacionales de varias generaciones. Es la continuación de 'Punto de encuentro', la primera exposición sobre el legado de Lorenzo.

«Esta segunda muestra se aleja del análisis de la forma y la abstracción de la primera para apostar por la cuestión de la figuración», plantea Borja-Villel remitiéndose a las obras de los dos artistas que abren la exposición, Luis Gordillo y Alfonso Fraile, el primero que expuso Lorenzo. De ahí se pasa a la pintura «popular y gamberra de Juan Ugalde o Manuel Ocampo» o a los artistas americanos «que cuestionan la representación a la pintura sobre pintura», según precisa Borja-Villel.

Explora las conexiones entre españoles como Sicilia, Barceló, Broto, Itziar Okáriz o Victora Civera con estadounidenses, como Julian Schnabel o Tony Oursoler, «reflejo de la ampliación de la mirada de la galería hacia otras latitudes en el momento de mayor diálogo entre ambas áreas».

Entusiasmo y fascinación

Es el momento de internacionalización del joven arte español, los años de la movida de la incorporación de España a Europa y la OTAN. Casi dos décadas marcadas por un insólito entusiasmo que «se traduce en una revitalización del mercado» y por «la fascinación que el arte español produce en distintos lugares del mundo», según los comisarios. «La colección Soledad Lorenzo funciona como testimonio de un momento de la historia de un país, de la percepción de sí mismo y de su promoción hacia el exterior», resumen.

El depósito de Soledad Lorenzo se compone de 392 piezas de 89 artistas de diferentes generaciones cuyas prácticas abarcan casi todas las disciplinas. Centrada en la pintura, en la colección Lorenzo caben el dibujo, la escultura, la fotografía, el vídeo y la instalación. Formada en su mayor parte por creadores españoles, tiene su contrapunto artistas internacionales, sobre todo estadounidenses.

Reúne a consagrados como Antoni Tàpies, Pablo Palazuelo o Luis Gordillo, con los emergentes en los primeros años de la democracia, como Soledad Sevilla, Guillermo Pérez Villalta, José Manuel Broto o Miquel Barceló, junto a los norteamericanos que asaltan la escena de Nueva York durante los mismos años: Eric Fischl, Robert Longo, George Condo o Julian Schnabel.

No faltan los españoles influidos por las prácticas internacionales en los setenta y ochenta -Txomin Badiola, Pello Irazu, Juan Uslé o Victoria Civera- y los que, con el cambio de siglo, avanzan en el escenario transnacional, como Jon Mikel Euba, Sergio Prego, Philipp Fröhlich, Ana Laura Aláez, Adrià Julià o Jerónimo Elespe.

«El trato personal y la búsqueda del encuentro, entendiendo la galería como espacio de negociación y diálogo, es el rasgo que mejor define la actividad de Soledad Lorenzo como galerista», apuntan los comisarios. Elogian una labor que a lo largo de tres décadas «activó y amplió los horizontes del coleccionismo local».

De la mano de Lorenzo llegó «una nueva generación que dotó de un carácter más impuro a la pintura-pintura», con Julian Schnabel a la cabeza, acompañado por Victoria Civera, activa en la Nueva York de los ochenta con una pintura que recupera lenguaje figurativo. También artistas como George Condo y Robert Longo que fichan por Lorenzo tras remover la escena neoyorquina con propuestas irreverentes desde la galería Metro Pictures «con una profunda crítica a la representación y a los lenguajes forjados a lo largo del siglo». Y otros creadores que «desafiando determinadas formas de gusto establecido con propuestas audaces donde aparece el sujeto escindido, las políticas del cuerpo y la identidad en quiebra», como Erich Fischl, David Salle, Ross Bleckner, o Paul McCarthy y Tony Oursler.

Del intercambio entre artistas españoles y estadounidenses surge la generación que forma el grupo más joven de la colección Lorenzo, que abrió la galería a nuevos medios y artistas de otros contexto como Itzíar Okariz y La Ribot. Otros como el alemán Philipp Fröhlich, la brasileña Adriana Varejão o la inglesa Georgina Starr certifican la atención de Lorenzo a nuevas fronteras.

Ficha

Qué: Cuestiones personales

Dónde: Museo Reina Sofía. Santa Isabel, 52 Madrid. www.museoreinasofía.es

Cuándo: Del 20 de diciembre de 2017 al 5 de marzo de 2018

Cuánto: Entrada general a 10 euros con acceso a la colección permanente

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