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Web del proyecto Manga-Anime Guardians.
Guardianes contra piratas

Guardianes contra piratas

Encarni Hinojosa

Sábado, 9 de agosto 2014, 07:08

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La guerra entre las autoridades niponas y la piratería parece llegar a su batalla definitiva. El primer gran golpe lo asestó el gobierno japonés en 2012 cuando endureció la ley de protección de los derechos de autor. Anteriormente, las condenas solo se centraban en los infractores que subían los contenidos a la red pero, tras la modificación de la norma, los que descargaban esos productos digitales ilegales también se encontraban en el punto de mira. Cualquier japonés atrapado con material pirateado se enfrenta a multas de hasta 19.000 euros y penas de cárcel de hasta dos años.

Pero el problema de la reproducción ilegal de manga y 'anime' no se detuvo ni con el endurecimiento de esta medida. Es por eso que el ministerio nipón de Economía, Comercio e Industria (METI) ha lanzado un ambicioso proyecto que pretende acabar con toda la piratería mundial de este tipo de contenido. El grupo, llamado Manga-Anime Guardians (M.A.G), está formado por autoridades, empresas creadoras y distribuidoras del país asiático. En un plazo de cinco meses, trataran de investigar y cerrar 580 sitios de internet que ofrecen manga y 'anime' ilegalmente.

La iniciativa viene acompañada de una potente campaña de marketing para conseguir tener entre sus filas a los propios infractores. Mediante una web donde se informa de la finalidad del proyecto, M.A.G invita a los usuarios que encuentren material ilegal a informar de su ubicación y agradecen la colaboración de los aficionados, defendiendo que el objetivo de la organización es asegurar y mejorar el futuro del manga y del 'anime'. Para potenciar esta idea, Manga-Anime Guardians también ha creado un sitio para vender legalmente y a precios económicos los contenidos que quiere proteger.

Origen sin ánimo de lucro

Precisamente los 'otakus' de más allá de las fronteras niponas fueron los que empezaron a compartir cómics japoneses que no eran traducidos por las editoriales de sus países de residencia. Los propios aficionados realizaban las traducciones, que pegaban en los manga previamente escaneados, y subían el resultado a internet para compartirlo con otros lectores. Lo que comenzó siendo una actividad altruista, pronto se convirtió en un lucrativo negocio que ha provocado la creación de M.A.G.

Solo el 12% del material ilegal de manga y 'anime' del mundo se aloja en sitios japoneses. Más de la mitad de estos contenidos se encuentran en webs de EEUU. Por ello, la misión de estos guardianes de la legalidad va a ser complicada, ya que cada país tiene sus propias leyes antipiratería.

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