De las anchoas de Revilla a las nueces de Mañueco, aperitivo electoral en Castilla y León
Extremadura irá delante a las urnas en un momento en que nada es estanco en política y todo repercute, con el PP autonómico prometiendo 'realidades', Vox encomendado a Abascal y el PSOE con sus líos en León
Maestros tiene la santa madre Iglesia y oráculos innovadores los partidos políticos. Alfonso Fernández Mañueco ha lanzado la campaña electoral regalando una bolsita de nueces ... a responsables de medios de comunicación. Los laboratorios de ideas electorales viven en una reinvención continua. Aquí hay nueces y no ruido, defiende el presidente de la Junta y candidato a la reelección en un vídeo en el que promete situar a Castilla y León entre las tres primeras autonomías de España.
El PP de Castilla y León felicita a Ayuso por la creación de empleo en Madrid, mercado laboral que 'succiona' jóvenes formados aquí
Mañueco ha llevado sus nueces a Madrid emulando a Miguel Ángel Revilla y sus famosas anchoas, orgullo de Cantabria. Este último promocionaba el terruño. En el caso del castellano y leonés, el enfoque es electoral. Quiere hacer notar, de un vistazo, que lo suyo es el contenido y no el ruido.
Más allá de las ideas de los equipos de campaña, Mañueco no es nuevo, tiene una trayectoria detrás. Habrá quien ponga en valor sus nueces y quien crea que llegan huecas. Si uno lee el Informe PISA, que evalúa el nivel de los escolares, claramente hay nueces. Castilla y León se mantiene a la cabeza de España desde la etapa de Juan Vicente Herrera. Incluso antes. Si esa bolsita le llega a un miembro del Operativo de Extinción de Incendios habrá muchas papeletas para que agarre ese envío y lo lance bien lejos, a cualquier paraje de Sanabria o El Bierzo arrasado por los fuegos de agosto.
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La campaña electoral en Castilla y León está ya en marcha. Con vallas de PSOE y Vox. Las primeras del alcalde de Soria y candidato autonómico, y las segundas, de Santiago Abascal, que será quien tire del cartel regional. Y Fernández Mañueco arranca con las nueces y un autobús rotulado del PP de Castilla y León dando vueltas a La Cibeles y felicitando a Isabel (Díaz Ayuso) por ser Madrid la primera comunidad en creación de empleo de España. Demasiado bien lo sabemos en Castilla y León, con jóvenes y no tan jóvenes que acaban trabajando allí y generando riqueza, actividad económica y nuevos residentes junto al Manzanares y lejos del Duero o el Pisuerga, que les vieron crecer y donde se hizo el esfuerzo de formarles. Ese es un enfoque en el que quizás no repararon los gurús electorales del PP autonómico.
Las vallas, el autocar y las nueces son apenas el aperitivo de la que se avecina en un horizonte electoral en el que Castilla y León iba en primer lugar, pero ha irrumpido Extremadura, con María Guardiola convocando a las urnas en víspera de las Navidades. Tertulianos de los madriles aventuraban el riesgo de la extremeña de 'hacerse un Mañueco', recordando que el salmantino rompió el pacto con Ciudadanos en diciembre de 2021 confiado en sacar mayoría absoluta, o al menos suficiente para gobernar en solitario, y acabó en manos de Vox.
Extremadura va delante de Castilla y León y todo influye, porque ahora nada es estanco. Lo que resista allí el PP, lo que saque Vox, cómo responda el PSOE, con un candidato, Gallardo, señalado en el caso del hermano de Pedro Sánchez y retratado por hacer renunciar a cinco compañeros que le precedían en la lista para amarrar un escaño y demorar el proceso judicial, sumará o restará aquí.
Avanza el calendario electoral. A Mañueco le pilla gobernando, con la maquinaria de la Junta acuñando bonos y descuentos. Transporte gratis total, cheque-extraescolares reconvertido en un bono infantil porque de partida no habrá comprobación de que esas actividades se realizan, descuento en peajes para empadronados consignado en el presupuesto de 2026. Intentando que el daño que la marca PP puede sufrir por la crisis de los cribados en Andalucía o con Mazón eternizado en Valencia, le salpique lo menos posible.
A Vox le coge la precampaña sin candidato y sin desazón alguna por no tenerlo. Lo fían todo a Abascal y se hará lo que digan desde Madrid.
Y el PSOE enfila hacia las urnas con Carlos Martínez como aspirante a medio enhebrar, que ha perdido los pulsos que ha planteado a su Gobierno (supresión de trenes en Sanabria, Medina del Campo y Segovia) y con el partido en plena bronca en León.
Ese es el panorama.
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