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Solo el 16% de las ayudas de la PAC llegan a menores de 40 años en Castilla y León

Solo el 16% de las ayudas de la PAC llegan a menores de 40 años en Castilla y León

Se registra un descenso de casi 5.000 perceptores repartidos en todos los segmentos de población, salvo en los hombres de menos de 25 años

El Norte

Valladolid

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Domingo, 17 de marzo 2019, 12:55

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La incorporación al campo de jóvenes y mujeres no termina de materializarse en Castilla y León y los mayores de 40 años siguen siendo los principales perceptores de las ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC), ya que acaparan casi el 85% total de las ayudas concedidas en el ejercicio de 2017 en la comunidad. Así lo dicen los datos de un informe del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), recogido por Ical, que evidencian también el descenso en casi 5.000 perceptores de ayudas respecto al ejercicio anterior, lo que pone de manifiesto la pérdida de activos que sigue padeciendo el sector primario.

El documento cifra en 6.739 los menores de 40 años que recibieron ayudas directas durante el ejercicio 2017 en Castilla y León (de ellos, 538 menores de 25 años), con un montante total de 114,3 millones de euros, lo que supuso el 15,8% de los 722,5 millones de euros recibidos en la Comunidad. El mayor número de perceptores de estas ayudas correspondió a los 40.386 profesionales con edades comprendidas entre 40 y 65 años, que recibieron casi 493 millones de euros.

Las mujeres siguen teniendo un papel secundario en la percepción de las ayudas directas y fueron apenas 20.000 (28,5%) las que recibieron este respaldo económico. También en este caso fueron casi la mitad mujeres de entre 40 y 65 años (10.122) mientras que las más jóvenes no parecen ver futuro económico en el campo, ya que fueron 72 menores de 25 años las que recibieron ayudas directas de la PAC (frente a los 466 hombres).

En comparación con el ejercicio de 2016, la situación no se presenta demasiado halagüeña para el campo de Castilla y León, que perdió 4.997 perceptores de ayudas directas en un año y un montante económico de 1,1 millones de euros. Esta caída fue generalizada en todos los sectores de población salvo en los menores de 25 años, que crecieron en 31 perceptores (6,1%) hasta los 538. Por su parte, el mayor descenso en el número de perceptores de ayudas directas en Castilla y León tuvo lugar en los mayores de 65 años, que se redujeron en un 9,5% (2.273 personas menos).

Por sexos, el descenso respecto al ejercicio de 2016 fue mayor en el caso de las mujeres, con una caída del 8,5% (1.835 mujeres menos), mientras que la reducción de los perceptores de las ayudas directas fue de un seis por ciento (3.162 hombres menos).

El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, reconoce la «realidad» tanto de Castilla y León como de España y Europa, donde el sector agrícola y ganadero «está envejecido» con más del 50% de sus trabajadores con una edad superior a los 55 años, mientras que son «pocos» los jóvenes que se incorporan al sector. «Se puede hacer toda la demagogia que se desee, pero la verdad es que hijos de agricultores que hayan mamado esto y que sean potenciales agricultores de cara a los próximos años, hay pocos», denunció.

De seguir esta tendencia que cifra en unos 500 los jóvenes que se incorporan cada año al campo en Castilla y León, Dujo estimó que se podrá mantener la actividad agrícola y ganadera de la Comunidad porque las explotaciones «se van a dimensionar con más tecnologías, más maquinaria y se pueden manejar», declaró. El problema reside en si se baja de esas cifras, porque se podrían poner en peligro zonas más alejadas de los núcleos de población o con terrenos malos.

Ante esta situación, Dujo abogó por favorecer «que el joven se quiera incorporar» y para ello pidió «facilitarle al máximo las cosas» y darle «el máximo» de ayuda. «Hay que exigirle que esté incorporado pero no obligarle a que malgaste el dinero y haga inversiones absurdas o aumente la explotación de forma desproporcionada e la noche a la mañana» para que la actividad sea rentable y el producto «valga dinero» porque, de lo contrario, no habrá jóvenes que aguanten el tirón. Persecución del fraude

El coordinador regional de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, reconoció que la incorporación al campo es «lenta y en muchos casos ficticia» y reclamó que se persiga «el fraude» porque «una cosa es que se den de alta en la Seguridad Social y otra cosa es que ejerzan la actividad en la explotación», denunció. De hecho, Palacín lamentó el número de personas mayores de 65 años, que supera el 30%, que sigue cobrando las ayudas y que, en ocasiones, lo compatibiliza con la jubilación, algo que «es incompatible».

De esa manera, según el coordinador de UCCL en Castilla y León, no se va a disponer «jamás» de tierras ni a incorporar jóvenes porque «no hay disponibilidad e tierra» y ante la «incertidumbre» que supone el sector agrario consideró que es posible hacer «muchas cosas». Por ello insistió a la hora de repartir las ayudas «entre los que realmente vivimos del sector agrario» y que se habiliten instrumentos que equilibren la cadena y fijen unos precios mínimos que garanticen la viabilidad del sector.

Cambio de modelo

El coordinador de Coag en Castilla y León, Aurelio Pérez, explicó que se está produciendo «un cambio de modelo» en las explotaciones, en las que el trabajador autónomo es cada vez más escaso mientras que ha crecido el número de trabajadores por cuenta ajena. De ahí que reclame también un cambio en los apoyos a la gente del mundo rural, de forma que se tenga en cuenta la contratación en el caso del primer trabajador.

Para Pérez, al hablar de la agricultura y de la ganadería no solo se hace referencia a los grandes titulares, por lo que pidió entrar «en el meollo» y reorientar las políticas que permitirían dar un giro a los datos y favorecer la incorporación de jóvenes y de mujeres a la actividad agraria. «Hay que hacer políticas atendiendo a criterios de mejora de calidad de vida» y teniendo en cuenta que uno de los principales problemas es «el acceso a la propiedad y a la tierra». Igualmente reclamó dejar de hacer «trampas al solitario» y que las ayudas de la PAC no vayan destinadas a políticas de mercado, de manera que la rentabilidad de una explotación dependa más de lo que se produce que de las ayudas, lo que también favorecería la incorporación y la permanencia de los jóvenes.

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