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Es desde luego una zona compleja, dispersa y con poca concentración de población, muy envejecida además y que no se corresponde con el número de ... tarjetas sanitarias. Que necesita una reordenación es el punto de coincidencia entre la Consejería de Sanidad, los alcaldes de la zona que ya han presentado alegaciones reclamando más enfermeros y de diversos grupos políticos, sindicales y sociales.
Ahora hablan los profesionales. Los que están cada día en cada palmo de la comarca zamorana de Aliste. Así los sanitarios, al amparo del sindicato UGT, han desarrollado un exhaustivo diagnóstico de la situación y han elaborado sus propuestas de actuación en la zona. Repasan que la frecuencia de las consultas –desde a demanda hasta diaria de lunes a viernes– es algo recogido en normava de 1991 todavía en vigor y que, desde entonces, aunque hay muchas menos personas se siguen manteniendo las 62 localidades que requieren asistencia sanitaria. Un informe detallado de la foto fijal actual y «unas propuestas claras, en realidad sencillas y de fácil aplicación, que no provocan una ruptura tajante y drástica con lo actual, que incluso contempla la ordenación con los actuales recursos y que creemos muy efectiva», explica Miguel Holguín de UGT.
El primer problema es el de los recursos humanos. La plantilla no está cubierta. Así, de los doce médicos del equipo de AtenciónPrimaria, «dos están exentos de la realización de guardias, otros dos médicos tienen minoración del 50% de la Atención Continuada y tenemos tres médicos de área no disponibles. Es inviable la realización de las guardias, sin que los efectivos reales no sobrepasen la jornada máxima anual establecida. Uno de los doce médicos está a media jornada lo que conlleva también la realización de la atención continuada a la mitad. Con esta situación ha aumentado el número de días de guardia a cubrir que tiene que ser realizada por el resto de profesionales disponibles y en algunos días refuerzo de médicos de otras zonas de salud». Realmente sobre un cuadrante de 16 facultativos entre los efectivos de plantilla y los de área solo hay 11 y cada día dos salen de guardia «y hay que descontarlos y después están descansos, vacaciones... Una situación que se mantiene en el tiempo, no es puntual», aclaran. Con estos recursos actualmente la acumulación dario es de cinco o seis demarcaciones (cada una suma entre cuatro y siete pueblos) asistenciales; lo que se traduce en muchos desplazamientos y grandes kilometrajes. En enfermería, anteriores reestructuraciones dejaron dos profesionales por el camino.
6.257 habitantes hay en la comarca de Aliste pero solo 4.735 tarjetas sanitarias; pero también hay guardias civiles y sus familias que, aun siendo de asesuradoras, son atendidos por Sacyl.
Evidentemente «harían falta más médicos de Familia y enfermeros... pero incluso con los que hay reales se puede mejorar la organización. Para ello, hay que saber que no coinciden empadronados y tarjetas sanitarias, que hay menos; cambian según temporadas y muchos piden una provisional desde marzo hasta octubre (luego vuelven a la capital); además existen dos acuartelamientos de la Guardia Civil que aunque pertenecen a ISFAS o aseguradoras «en la realidad, los atiende Sacyl». Hay dos residencias de ancianosy nueve farmacias y 6.257 habitantes pero 4.735 adscritos a Sacyl de 62 localidades. Una realidad compleja que médicos y enfermeros, junto a otros seis profesionales conocen bien.
El trabajo, que ha sido entregado a la Consejería de Sanidad el pasado lunes, repasa cada consultorio, horario y distribución de pacientes para llegar a una propuesta «que, si bien es cierto que reduce en algún municipio la frecuentación, mantiene todos los consultorios abiertos al menos un día ala semana», explica Holguín.
Un cuadro recoge y compara actualidad y propuesta y lo hace a la espera de mejorar la plantilla para resolver excesos de kilometraje por acumulaciones. Destaca que «es evidente que más importante que la concentración de varios núcleos de población en los llamados CRA (centros rurales de agrupación), es el mantenimiento del dimensionamiento actual de profesionales organizando la asistencia diaria desde el Centro de Salud. La falta diaria de estos se haría más evidente si los pocos que estamos nos dispersamos en seis CRA». De ahí que, para al menos la zona de Aliste, propongan que no haya tal concentración «que confina al médico en el CRA». También rechazan la figura del coordinador 'ejecutor'. «No es conveniente en un ámbito con tanta precariedad donde los profesionales tienen que ser partícipes de los problemas y de las soluciones».
Proponen que «todas las localidades dispongan de un día de consulta semanal de referencia al que se desplazará el equipo médico-enfermera, si existe demanda asistencial de los ciudadanos, bien por cita previa o programada de los profesionales sanitarios». Para ello, indican que el teléfono, dada la precariedad de internet en estas zonas, sea el medio de demanda. «Los pacientes llamarán al centro de salud para solicitar consulta ordinaria». También piden «racionalizar y ordenar la realización de acumulaciones». En la ordenación de estos profesionales establecen que «no se asumirá más de una acumulación junto a la propia demarcación y que hay que establecer el criterio de sumar cobertura por proximidad, así se evitan recorridos y, por lo tanto, se reducirán kilómetros de desplazamientos. Para ello la distribución por demarcaciones «será teniendo en cuenta dos turnos de inicio de consultas ordinarias, de esta forma nunca son coincidentes los horarios de consultas entre las demarcaciones».
Con todo ello, aseguran los ciudadanos serán atendidos en sus localidades; se racionaliza la demanda asistencial; la población conoce de antemano los horarios de consulta y se mantiene la actividad farmacéutica además de mejorar las cirunstancias laborales y el exceso de kilometraje.
Las mejoras para los profesionales tambiénm las detalla este análisis- Así el documento apunta a que no se modifican las demarcaciones de los profesionales; se normaliza la atención sanitaria prestada por el equipo médico-enfermería; se racionalizan y normalizan los criterios de acumulación, estableciéndose criterios de consenso; los horarios de consulta, incluso con acumulación no se modifican; se reduce sensiblemente el kilometraje realizado por los profesionales que, en ocasiones, supera los 12.360 anuales, y se establece el criterio necesario para prestar la atención continuada.
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