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Cruces en el centro palentino de Aguilar recordaban este verano los consultorios desaparecidos. NURIA ESTALAYO
Sacyl promocionará con incentivos plazas médicas en 25 zonas de difícil cobertura

Sacyl promocionará con incentivos plazas médicas en 25 zonas de difícil cobertura

Sanidad negociará con los sindicatos los criterios de inclusión y el tipo de alicientes

Ana Santiago

Valladolid

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Sábado, 22 de septiembre 2018, 12:56

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El mapa no está hecho. La demanda social y de los sanitarios y las protestas en la calle –no ha habido 'marea blanca' que no lo incluyera– reclaman profesionales de Atención Primaria en los pueblos estén donde estén, cerca de una ciudad o en la montaña. Atención médica y enfermera, accesibles. Pero el trabajo en algunos consultorios, incluso centros de salud, resulta objetivamente penoso por la zona alejada de ciudades y servicios. Son zonas básicas de salud cuya situación poco seductora es conocida; pero sin una definición y clasificación clara que ahora toca trabajar para poder compensar la elección de estas plazas de difícil cobertura por parte de un profesional.

Sacyl trabaja en un proyecto de decreto que regulará los puestos de difícil provisión por ser poco atractivos. Según los cálculos de la directora de Profesionales, Concha Nafría, «serán entre 25 y 30 las zonas básicas de salud» que adquieran tal consideración entre las 248 que tiene Castilla y León; pero «tenemos que negociarlo con los sindicatos, estudiar sus alegaciones y propuestas y este martes empezaremos en Mesa Sectorial a tratar los criterios de inclusión, así como los incentivos para cubrir estas plazas».

La calificación de un puesto como de difícil cobertura se revisará obligatoriamente cada cuatro años; pero sin perjuicio de poder adelantarlo. Sanidad propone como criterios objetivos a valorar como zona menos atractiva cuatro aspectos: La distancia desde el centro de salud al hospital de referencia; el tiempo semanal empleado en los desplazamientos; el grado de dispersión geográfica y los accesos adversos.

Evitar las 'condenas'

El objetivo de los incentivos es que un profesional, de cualquier categoría «porque la penosidad es igual para todos», destaca Nafría –aunque la carencia sea fundamentalmente de médicos de familia y pediatras– encuentre en dichos puestos algún atractivo. Sobre todo que el optar por ir un tiempo a determinado pueblo no se sienta como una decisión de por vida de la que ya no se puede salir, que no sea una 'condena' sino un periodo asistencial con posibilidades de cambio. Y esto es lo que persiguen los incentivos.

Así, el decreto de la Junta, que acaba de publicar la Consejería de Sanidad para su consulta previa en el portal de Gobierno Abierto, contempla varios incentivos ampliables en Mesa Sectorial. Sacyl propone la flexibilización del horario. Así podrá establecerse una distribución de la jornada anual en función del interés del trabajador y de las necesidades organizativas de cada centro, respetando los períodos de descanso diario y semanal.

También prevé la valoración de esta situación como mérito en los concursos de traslados, es decir, puntuar el garantizar la asistencia sanitaria en estas localidades. A estos efectos, por cada año en el puesto, se añadirá una puntuación adicional del 25% a la obtenida en este apartado por antigüedad. Otra ventajas prevista es la disponibilidad en los llamamientos temporales de interinidad en las bolsas de empleo. El interino que lleve más de un año desempeñando dicho puesto de difícil cobertura figurará como disponible y podrá acceder a mejor ubicación. También se considerará un mérito en el baremo de las bolsas de empleo temporal y se añadirá, por cada año, una puntuación adicional del 25%.

Asimismo se les favorecerá en la carrera profesional como mérito en gestión clínica con un crédito de un punto por cada año desempeñado.

Además percibirán ayudas de acción social y económicas para compensar los gastos ocasionados por daños en los vehículos particulares por su uso en el trabajo; tendrán prioridades formativas con un acceso preferente cuando no haya plazas suficientes para la demanda y se les facilitarán los medios técnicos necesarios para el desarrollo de actividades de formación on line.

Tal prioridad también les favorecerá en actividades de investigación, proyectos piloto y dotación de medios técnicos e informáticos. Asimismo la Administración podrá priorizar la dotación a tales puestos de las mejoras en los medios técnicos e informáticos que precise la implantación de tales proyectos.

La Cesm reclama primas

Desde el Sindicato Médico, José María Soto critica la «insuficiencia» de los aspectos a incentivar y destaca que «no solo son pocos, aunque no los desdeñemos, sino que trasladados a la realidad muchos ni siquiera se pueden cumplir, ¿cómo flexibilizar o reducir jornada si tienes cola en la consulta?». Además, destaca este representante de los médicos, que «los criterios para determinar zonas hay que establecerlos muy bien, no puede ser algo arbitrario y que en un momento favorezca por amiguismos a alguna zona sin necesidad». Y «cuidar bien los aspectos legales».

Pero sobre todo, la Cesm considera que el incentivo real es el de una prima económica y «no solo para los nuevos que lleguen, para los que ya están porque sino sería discriminatorio».

El mapa está abierto ahora sobre la Mesa Sectorial; pero algunos nombres de la lista ya se pueden señalar como Aguilar de Campoo, Cervera o Guardo en Palencia; las zonas básicas de Babia o Cabrera, en León o Villablino, en Ponferrada; Sierra y Riaza en Segovia, o Gredos, Candeleda y Sotillo de la Adrada, en Ávila; SanPedro de Manzanares de Soria;Sanabria, en Zamora, y Vitigudino o Fuentes de Oñoro, en Salamanca. La única provincia sin zonas es Valladolid.

El servicio de Cardiología del Complejo Asistencial de Salamanca, una de las 15 unidades de gestión clínica puestas en marcha por el Sacyl. M. LAYA

La Junta renuncia a las unidades de gestión clínica y recupera las plantillas

Anulada el pasado mes de febrero por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León la orden que regulaba las quince primeras unidades de gestión clínica creadas en Castilla y León, la Consejería de Sanidad solamente podía recurrir al Supremo o cumplir la sentencia y suspender definitivamente este modelo de gestión y, como mucho, intentar volver a resucitarlo con una nueva orden que enmendara las causas de su suspensión.

No era este el primer revés judicial, era el tercero, y el juzgado tiró este modelo de organización basado en la autogestión con un jefe de servicio que se convierte en director, con un equipo que decide qué recursos precisa, qué organización de horarios o de plantilla, además de determinados protocolos clínicos por la ausencia de una evaluación de impacto presupuestario y por la carencia de negociación suficiente en la mesa sectorial.

La consejería reunió tras el fallo judicial a los directores de las que fueron las primeras quince experiencias para tantear el terreno y estudiar posibilidades de reeditar el proyecto. Ahora, siete meses después y tras renunciar a recurrirla, lleva a Mesa Sectorial la plantilla y las relaciones de puestos de trabajo en cumplimiento de dicha sentencia. Es decir, que debe anular la planificación y cargos para volver a la organización original como servicios asistenciales y no como unidades con importante grado de autonomía.

Fue este uno de los proyectos estrella de esta legislatura, arrastrado desde la anterior, y con una fuerte oposición en diversos sectores políticos y profesionales. Incluso el propio Ministerio de Sanidad, en manos entonces también del PP, fue más que reticente a implantar este proyecto que generaba fuertes controversias y no claros resultados según experiencias previas.

Los sindicatos en general también se opusieron radicalmente al proyecto al estimar que variaba premisas laborales intocables y vulneraba derechos de los trabajadores y aspectos propios de un empleo público. La sombra de los intereses privados fue otro de los puntos fundamentales que defendían sus detractores. De momento, parecen haber hecho historia.

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