Verónica Casado, Francisco Igea y Ana Carlota Amigo, de camino a la rueda de prensa. Ical

«Nos quedan seis meses aún de tensión máxima por la pandemia», vaticina Igea

El Institute of Health Metrics de Washington proyecta 33.000 fallecidos en España hasta fin de año, 2.700 en Castilla y León

Antonio G. Encinas

Valladolid

Jueves, 24 de septiembre 2020

Quizá también les haya pasado. Han vuelto al trabajo, o han pasado por el cole, y de repente el virus seguía allí. Parecía desvanecido en ... verano, pero ahora está tan cerca que casi se puede notar. En una compañera de un gabinete de prensa; en un periodista de otro diario. En la residencia de al lado. No es paranoia ni obsesión hipocondriaca. Los datos de Verónica Casado, consejera de Sanidad, desglosados por provincias, se acompañan ahora de una valoración de la tendencia. «El número reproductivo del virus -número de contagios por cada infectado- está cerca de 1 como media, 1,01. Es una buena noticia. Por encima están Ávila, Salamanca, Valladolid y Zamora», ha contado.

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«Estamos reduciendo el ritmo de contagio a nivel general, pero seguimos declarando muchos casos. Es una curva aplanada pero seguimos subiendo», decía.

A su lado, Francisco Igea, vicepresidente de la Junta, acababa de anunciar el lanzamiento de la 'campaña Alejandra', que muestra la crudeza de las secuelas que es capaz de dejar el virus a una mujer sana de 33 años. Y un añadido: parece que ellas soportan, en general, mejor el Sars-Cov-2 que ellos. Igea resumió la situación en una frase antirrelajamientos: «Nos quedan al menos otros seis meses de máxima tensión».

El Institute of Healht Metrics (IHME) de Washington le ha puesto ciencia matemática a la futurología y ha trazado la proyección prevista para España y otros muchos países de aquí al 1 de enero de 2021. Visualiza tres posibles escenarios. Uno, en el que se dan por eliminadas todas las restricciones, es mejor ni mirarlo. Deja la primera curva a la altura de una olita de un Mediterráneo en calma. Los otros dos son similares y estiman un refuerzo de las medidas de contención cuando se superen los 8 muertos por cada cien mil habitantes y un uso continuado de las mascarillas.

Estos dos gráficos apenas difieren y dejan una proyección terrible: 33.046 personas fallecerían en España si el país no es capaz de doblar la tendencia. Si nos atenemos a las cifras de los últimos siete días -que casan bien con la proyección actual del IHME- y efectuamos un reparto de los fallecidos en la misma proporción que como se han producido en la última semana, a Castilla y León le corespondería enterrar a 2.676 ciudadanos.

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El cardiólogo Guillermo Aldama, del Hospital Universitario de La Coruña, analizaba los datos y los confrontaba con la situación, por ejemplo, de Israel, que ha decretado un nuevo confinamiento de dos semanas. «Si las comunidades autónomas fueran territorios de Israel, cinco de ellas estarían confinadas». Ese quinteto incluía Madrid, Navarra, La Rioja, Castilla La Mancha y Murcia. El sexto puesto es para Castilla y León.

«Hemos anotado 919 PCR positivas, con 102 en las últimas 24 horas. Ya son 43.879 casos en total», apuntó en sala de prensa Verónica Casado. La sexta comunidad en incidencia acumulada en los últimos 14 días, la séptima si se toma como referencia la última semana. Eso sí, en número de ingresos Castilla y León ya es la tercera, y la cuarta en ingresados en UCI. A la vista de los datos, resulta evidente el porqué del intento de la Junta de involucrar a todos los agentes posibles. La foto del presidente, Alfonso Fernández Mañueco, con el delegado del Gobierno, Javier Izquierdo. Los agradecimientos de Verónica Casado ayer a los alcaldes. Las reuniones con los regidores de los municipios más grandes. El ofrecimiento en el Pleno de las Cortes para que los portavoces de los grupos reciban información de mano de la consejera de Sanidad de la evolución de la pandemia. Y ese Consejo de Gobierno que el otro día, al completo, escuchó a los miembros del comité de expertos descartar «de momento» -con énfasis en ese matiz- un confinamiento generalizado.

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Mientras las unidades de intensivos acogen ya a 88 pacientes covid y los hospitales dedican 650 de sus 5.571 camas a enfermos por el coronavirus, Castila y León trata de que el Gobierno central atienda sus propuestas. Se le envió una carta al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, «para que los trenes tengan un sistema de venta que impida llenar más del 50% de los vagones y dispensar billetes enfrentados unos a otros», o que se incluyeran dispensadores de gel en todos los vagones, explicó Francisco Igea. No hay respuesta aún.

En los colegios, según analizaron ayer con los ministros y consejeros de Educación y Sanidad, el comienzo de curso ha sido benigno, pese a lo escaso del plazo para el análisis. «En el conjunto del país hay tres centros cerrados de 32.000 y 2.850 aulas de 386.000», explicó el vicepresidente de la Junta. Un 0,73% del total. Eso sí, en apenas dos semanas de clase y con las cifras al alza, con lo que prever cómo puede evolucionar el curso se antoja complicado.

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Una de las formas de afrontar el futuro es incrementar el número de rastreadores. Castilla y León rebasará los 750 cuando estén plenamente operativos los 120 militares. «Cabe destacar la importancia de contratar y preparar un número suficientemente grande de rastreadores de contactos en las etapas iniciales o cuando no hay transmisión o esta es baja», señala la Organización Mundial de la Salud en sus recomendaciones. «Pueden provenir de muchos entornos, tales como el gobierno local, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales, las universidades, los voluntarios». Todo será necesario, como demuestran los datos que hay y los que se adivinan, para frenar esa segunda ola devastadora.

Los controles detectan incumplimientos de las cuarentenas

Los agentes llegan a comprobar si el cuarentenado está en casa y, en un 22% de los casos, nada. Un porcentaje elevado de por sí y aún más si se tiene en cuenta que se ha registrado en Salamanca, que acaba de ver levantadas sus restricciones por la tendencia al alza de los contagios. Según datos aportados por el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, de las 357 personas que han formado parte de los controles en los últimos días, más de 80 no se encontraban en sus domicilios cuando llegaron los agentes, informa Europa Press.

Es «una cifra elevada», lamentó el regidor municipal, quien hizo hincapié en que ya sería «grave» incluso aunque se tratase de una única persona, por lo que ha insistido en que los salmantinos en cuarentena cumplan con la medida. «De ello depende la salud de todos», apostilló.

«Levantar medidas no quiere decir pasar a situación normal», recordaron Igea y Casado en rueda de prensa, «sino que esas restricciones son las mismas que en el acuerdo, pero estamos en situación de pandemia, el virus es muy contagioso y no podemos estar con demasiada gente».

En Miranda de Ebro se encontraron con una situación similar, aunque a menor escala. La Policía Local realizó 81 controles de vigilancia a personas confinadas en sus domicilios y en siete de los casos no las pudo localizar, según señaló el Gabinete Municipal de Comunicación.Un 8,6% de los cuarentenados, por tanto, incumplieron el aislamiento preventivo.

Precisamente Miranda de Ebro fue una de las localidades nombradas por Verónica Casado en su repaso a las zonas que más preocupan por la incidencia del virus. Se suman Peñaranda, por la influencia de la localidad de Sotoserrano, «que tuvo una no fiesta hace quince días», lamentó la consejera de Sanidad, Medina del Campo y comarca, Corrales del Vino y Villarrín, en este caso con brotes relacionados con residencias de mayores.

«Íscar y Pedrajas han mostrado una tendencia estable en los primeros días, pero seguimos declarando casos positivos. Y en Sotillo de la Riberasiguen apareciendo casos tras unos días sin ellos», explicó Casado.

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