El Procurador pide retrasar el alta hospitalaria en situaciones sociales delicadas

Los recursos a este respecto son muy escasos –apenas hay camas de convalecencia– y el sistema sanitario se centra en la atención de los agudos; pero incluso con la implantación del llamado Plan Persona, no ampara estos casos.

Eso es lo que le pasó a Patricio Campelo, el hombre de 78 años que hace un año sufrió un ictus en Valladolid mientras se encontraba pasando las vacaciones navideñas junto a los suyos. Patricio reside en Ponferrada, pero allí no tenía familiar alguno. Cuando se dieron cuenta de el accidente cerebrovascular llamaron a emergencias y fue trasladado y tratado en el Hospital Clínico de Valladolid, donde permaneció 20 días ingresado, pero pasado ese tiempo Patricio fue trasladado a su centro de referencia, al Hospital Universitario El Bierzo, ubicado en Ponferrada. «Mi madre que ya está jubilada tuvo que ir y quedarse allí. Nosotros no podíamos ayudarla ni turnarnos por el trabajo, realmente fueron unos días agotadores para todos con el trastorno físico y psicológico que eso conlleva», relataba entonces su sobrina, Patricia Fonteboa. Quisieron agotar la vía administrativa para que les dieran solución, Atención al Paciente, con trabajadores sociales... pero no tuvieron respuesta a su petición hasta que su caso saltó a los medios de comunicación y redes sociales y Sacyl lo traslado desde Ponferrada al Benito Menni, centro con el que tenía concierto, y donde trataron su rehabilitación.

Ahora, el Procurador del Común en una actuación de oficio al conocer el caso por los medios de comunicación, ha remitido una resolución que va más allá de este caso concreto. Reclama la oficina de Tomás Quintana que «por parte del órgano competente se impartan las instrucciones oportunas para recordar la importancia de la humanización de la asistencia sanitaria y de la aplicación del Plan Persona, adoptando las iniciativas precisas para aplicar medidas que permitan la aproximación de familiares y allegados en los supuestos en que los pacientes de otra área de salud, pero con familia en el lugar en el que ha ocurrido una situación de urgencia que ha precisado de hospitalización, puedan permanecer en la localidad en la que cuenta con familiares que puedan asistirlo, atendiendo a sus circunstancias personales y familiares».

La humanización de la asistencia sanitaria «consiste en poner en valor la dignidad e individualidad de cada persona prestando una atención personalizada. El concepto de humanización hace referencia al abordaje integral de la persona, es decir su extensión holística, dónde interactúan las dimensiones biológica, psicológica, social y conductual», recoge la resolución.

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Desde esta perspectiva, «se considera imprescindible otorgar la misma importancia tanto a las necesidades clínicas como a las sociales, emocionales y psicológicas, y ello significa hacer referencia a la persona en todo lo que se realiza para promover y proteger la salud, curar las enfermedades y garantizar un ambiente que favorezca una vida sana y armoniosa a nivel físico, emotivo, social y espiritual». Y añade que «el paciente es la razón de ser del sistema sanitario y por ello debe garantizarse una asistencia sanitaria en la que se encuentre implícito el factor humano, aportando una atención digna y respetuosa con el ciudadano, yendo más allá del uso exclusivo de la ciencia y la técnica e incrementando la sensibilidad hacia lo que necesiten los pacientes y sus familiares. Humanizar significa personalizar la asistencia escuchando lo que necesiten los pacientes y sus familiares, que los acompañan y son sus cuidadores principales», defiende esta Procuraduría.