Patricia Gómez Urbán (PSOE) habla con los portavoces de Vox, Carlos Menéndez y David Hierro. R. Valtero-Ical

Los presupuestos de Castilla y León ya tienen calendario y el PSOE invita al PP a «negociarlos» fuera del parlamento

Las cuentas autonómicas podrían aprobarse el día 23 de diciembre si los populares consiguen suficientes apoyos

Antonio G. Encinas

Valladolid

Jueves, 30 de octubre 2025, 14:48

Ya hay calendario para aprobar los presupuestos. Después de un registro accidentado y poco usual, las Cortes han dado el visto bueno a un ... mes de noviembre exprés que desembocará en la votación, el 23 de diciembre, del proyecto de ley. La Junta, lo que es igual que decir el PP en minoría, tendrá que encontrar desde hoy y hasta entonces diez votos más que le ayuden a refrendar sus números. En el 'pasilleo' de las Cortes se da por descontado que necesitará solo ocho, porque los no adscritos de Vox, Javier Teira y Ana Rosa Hernando, han mostrado proximidad con los postulados del PP en varias votaciones desde su salida de la bancada verde. Pero aun así no es fácil cubrir los votos restantes. Al margen de PSOE y Vox, solo quedan en liza Francisco Igea, Unidas Podemos, Por Ávila, Soria ¡Ya! (3) y UPL (3). La única opción plausible, parece, es contar con el plácet de PSOE o Vox.

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Y eso, en pleno periodo preelectoral, es mucho decir.

Por de pronto, la Junta de Portavoces de hoy ha servido para palpar estrategias. El PSOE, con Carlos Martínez a la cabeza, se ha dirigido al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para ofrecerle un acuerdo. Un acuerdo, y aquí está el matiz, extraparlamentario. «Queremos una mesa negociadora, bilateral, porque la tramitación parlamentaria está encorsetada», advirtió la portavoz en las Cortes, Patricia Gómez Urbán. Y aquí está la trampa para Mañueco, claro. Porque el PSOE quiere hablar de ingresos, no de gastos, que es lo que se puede modificar mediante enmiendas en la tramitación parlamentaria. Y la Junta no ha presentado un proyecto de ley de medidas financieras, tributarias y administrativas, que es precisamente la que define cómo se van a obtener los ingresos, si suben o no las tasas, etcétera. Pese a ello, anuncia que los beneficios fiscales van a subir, algo que se justifica matemáticamente porque la base imponible, vino a decir el consejero Carlos Fernández Carriedo, va a subir. Así que un beneficio del 1% sobre 1.500 euros siempre será mayor que una tasa igual sobre 1.000 euros. Para el PSOE, esto es una triquiñuela contable.

Así que el PSOE propone una mesa bilateral. Una renegociación presupuestaria, en realidad. Sobre un proyecto de ley que no se ha presentado. Y con unos parámetros que, en vista de lo ocurrido la última vez que se tramitó, en 2023, son antagónicos. Por eso, si no cambia nada, el PSOE ya anticipa una enmienda a la totalidad de las cuentas autonómicas, lo que sí o sí llevaría la aprobación de los presupuestos a la víspera de Nochebuena.

Mientras, los socialistas explican que se reunirán con «agentes sociales y económicos» antes de emprender esa negociación. «Este presupuesto no lo queremos y a este presupuesto presentaremos enmienda a la totalidad, pero abriremos la negociación para llegar a un buen presupuesto», aclaró Gómez Urbán.

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Vox, mientras tanto, eligió no pronunciarse. Paso a paso. Sin anticipar tácticas. Primero, conocer lo que tienen que explicar los consejeros de los diferentes departamentos, que comparecerán entre los días 10 y 14 de noviembre. David Hierro ni siquiera quiso desvelar si presentarán una enmienda a la totalidad. Lo que es seguro es que habrá enmiendas parciales y condiciones. Si Mañueco quiere el sí a las cuentas, Vox antepondrá sus medidas más políticas, como ya le hizo ver el portavoz adjunto Carlos Menéndez en el debate sobre el techo de gasto. Y de nuevo aquí aparece el contexto ineludible: dentro de un calendario preelectoral y con Extremadura, además, metida ya en harina de urnas.

Así que a la legislatura le quedan ya solo cuatro plenos. El primero será el 20 de noviembre, jueves, un día inusual para un Pleno, para debatir y votar las enmiendas a la totalidad. Los días 25 y 26, martes y miércoles, como suele suceder, se celebrará un pleno ordinario. Después, ya metidos en diciembre, Pleno ordinario para los días 16 y 17 y el definitivo para las cuentas los días 22 y 23, lunes y martes.

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Tras la Junta de Portavoces, quien no compareció fue el popular Ricardo Gavilanes. El grupo sí envió una nota de prensa con su valoración. También con su guion. «Este presupuesto no es un mero trámite, es el primer paso real para hacer de Castilla y León una tierra líder, estable y con oportunidades. Aquí no hay ruido, hay resultados. Menos ruido y más nueces», decía la nota. Porque ese será el leit motiv. Presupuesto récord, con ocho de cada diez euros en gasto social… nada que no haya sucedido en todas las presentaciones presupuestarias autonómicas desde que se asumieron todas las competencias en Sanidad, Servicios Sociales y Educación, que son en definitiva las tres grandes áreas de gasto. Pero esta vez acompañado de un mensaje envenenado para sus adversarios políticos: «Quien vote en contra de estos presupuestos estará votando contra el empleo, los servicios públicos y el futuro de esta tierra»

Si lo que se pretende es conseguir un visto bueno por temor a las consecuencias de una negativa a las cuentas, parece que no va a calar. Otra cuestión será la batalla del relato ante los ciudadanos. David Hierro (Vox) se burló del eslogan que impulsa esta primera acción preelectoral de Alfonso Fernández Mañueco, que quiere colocar a Castilla y León «entre las tres primeras comunidades de España». «Dice que va a llevar a Castilla y León a la Champions League y que lo va a hacer haciendo lo mismo que ha hecho hasta ahora. Un entrenador de un equipo que lleva siete temporadas y no ha sido capaz de sacarlo de los puestos de descenso y nos cuenta que lo va a llevar a la Champions. Con los mismos elementos», señaló.

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Las cuentas empiezan así, con movimientos tácticos, su tramitación. Quedan 54 días para saber si se aprueban o Castilla y León prorroga para 2026 los presupuestos de 2024 que fueron, además, los últimos pactados por PP y Vox.

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