«Prefiero que mi hijo vaya a clase con menos niños porque, al ser menos, aprenderá más»
«Si dices a un niño de tres años que se ponga la mascarilla, igual te hace caso un rato, pero no más porque no lo entiende», afirma Félix H., que hace unos días cambió Valladolid capital por Villanubla
l. n. / e. e.
Villanubla
Domingo, 6 de septiembre 2020, 08:16
Para Félix H., el confinamiento fue «determinante». La emergencia sanitaria les «ayudó» a reafirmarse en la idea de que su futuro debía estar vinculado ... al medio rural. El aislamiento domiciliario les pilló en el campo, y después de aquello, reconoce, tenían «claro que no nos volvíamos a meter en un piso ni locos». Así que barajaron todas las opciones –tenían que dejar la casa de Valladolid donde residían «sí o sí» porque era de un familiar– y se decantaron por Villanubla, localidad de 2.713 empadronados situada a tan solo 13 kilómetros de la capital vallisoletana. «Teníamos un adosado allí y decidimos cambiar; hemos aprovechado que con esto del coronavirus es mejor estar encerrados en un pueblo que en una ciudad. La pandemia ya fue el detonante» afirma.
El ambiente que se respira en este municipio vallisoletano les «encantó». También que conservara ese «espíritu de que todos se llevan bien con todos», algo que añoraban. «En el pueblo todo es distinto: las relaciones, el ambiente cordial y cercano... En una ciudad te hablas con el vecino y con los amigos que tengas, pero ya», sostiene.
En la toma decisiones, dice Félix H., el virus ha sido «secundario». No decidieron trasladarse al medio rural por la covid-19, del mismo modo que no llevarán a su hijo a una escuela rural por ello. «En todas las decisiones, el virus ha sido para reafirmarnos en lo que queríamos, que era vivir en el pueblo. Y la pandemia ayudó, por supuesto que sí, pero el virus fue secundario. La covid está ahí, y tengo asumido que tarde o temprano lo cogeremos todos», insiste.
De hecho, apunta, la primera matriculación que rellenaron para su hijo, de tres años, fue en una escuela de Valladolid capital. Pero luego cambiaron de opinión y le inscribieron en Villanubla. «Prefiero que mi hijo vaya a clase con diez niños que con treinta porque, al ser menos, la enseñanza será más personal y aprenderá más. Es cierto que tendría el triple de posibilidades de contagiarse con tantos niños, pero con diez también existe el riesgo», sentencia este padre, al tiempo que incide en que «no puedes decir a un niño de tres años que se ponga la mascarilla porque no lo entiende». «Igual te hace caso un rato, pero ¿en el patio o todo el día?Es poner puertas al campo».
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