«No es posible el desarrollo sin un adecuado equilibrio»
Juan Carlos Suárez-Quiñones. Consejero de Fomento y Medio Ambiente
El Norte de Castilla organiza la primera Mesa de Sostenibilidad para el desarrollo de Castilla y León, en la que serán analizadas las estrategias a seguir en inversión social responsable y retos de buen gobierno corporativo y de impacto ambiental y social. Será mañana, a las 9:15 horas, y podrá seguirse en directo vía streaming y acceso directo desde la home de elnortedecastilla.es. La Mesa cuenta con el patrocinio de la Junta de Castilla y León, Galletas Gullón, Corporación Llorente y la empresa soriana Rebi S. L. U.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, destaca que «seguramente, la característica más importante de la sostenibilidad (y de las políticas ambientales en general) sea la transversalidad, la necesidad de su aplicación al resto de políticas y líneas de actuación».
–¿Cómo trabajan desde su Consejería la sostenibilidad?
–En el año 2009 elaboramos la Estrategia de Desarrollo Sostenible de Castilla y León y sus Medidas Complementarias posteriores, y aprobaremos en esta legislatura la Estrategia de Economía Circular y la Ley de Cambio Climático de Castilla y León. Además, trabajamos día a día con el resto de Consejerías con los instrumentos legales y procedimientos administrativos que la legislación ambiental ha implementado en las últimas décadas (Autorización Ambiental Integrada, Evaluación de Impacto Ambiental, Red Natura 2000…). Todo esto, evidentemente, lo aplicamos en los programas y líneas de actuación de la Consejería, no solo en las puramente ambientales sino en otras como la vivienda, los edificios públicos, la depuración de aguas, la iluminación pública o las carreteras.
–¿De qué manera concreta se actúa en el ámbito de la vivienda y el urbanismo?
–En esos ámbitos, la sostenibilidad inspira toda la actuación de la Consejería: en urbanismo, las reformas de nuestra Ley autonómica han reorientado la actuación de los poderes públicos hacia la ciudad consolidada, limitando los crecimientos y el consiguiente el consumo de nuevos suelos. Ello ha fortalecido nuestra intervención en la política de vivienda en clave de regeneración, renovación y rehabilitación urbanas de los barrios existentes, con el marco que proporciona la Estrategia Regional de Regeneración Urbana aprobada en 2016. Esta intervención se despliega en dos frentes: el de las convocatorias anuales de ayudas a la rehabilitación edificatoria, que ha supuesto actuar desde el año 2015 en la mejora de la eficiencia energética y la accesibilidad de casi 10.000 viviendas y en el de las Áreas de Regeneración Urbana sobre barrios vulnerables, que desde su puesta en ejecución ha permitido actuar sobre casi 14.000 viviendas, movilizando inversiones cercanas a los 310 millones de euros. Las actuaciones de impulso del uso de la biomasa forestal que han permitido conectar a más de 110 edificios públicos a un sistema de calefacción alimentado por biomasa (algunos tan relevantes como el Hospital Clínico de Valladolid y más de veinticinco edificios de la Universidad de Valladolid), con un consumo anual de 39.000 Tn de biomasa, evitando las emisiones a la atmósfera de 36.800 Tn de CO2 anuales, o el programa de renovación de alumbrado público que hemos impulsado a través de Somacyl, que ha permitido la sustitución de más de 20.000 luminarias con un ahorro medio en el consumo eléctrico del 60%, son otros ejemplos de estas políticas.
–¿Cómo se puede trabajar desde la Administración esa parte ambiental sin olvidar el equilibrio social y económico?
–Hoy la sociedad ha interiorizado que no es posible el desarrollo sin un adecuado equilibrio entre los aspectos medioambientales, sociales y económicos. Así lo recoge Naciones Unidas en la Agenda 2030, pero especialmente en el ODS 12 «Producción y Consumo Responsables». Es este uno de los ODS más transversales de la Agenda, con especial relevancia para los países más industrializados como es el nuestro, orientado a promover una transición de los modelos económicos, productivos y de consumo hacia la sostenibilidad, para lo que es fundamental estimular la implantación de prácticas sostenibles en las empresas. Para conseguir este objetivo, en los últimos años hemos desarrollado un conjunto de instrumentos preventivos de tipo ambiental para la autorización de las actividades económicas, que resultan fundamentales para proteger el medio ambiente y también para la permanente mejora empresarial, como son las evaluaciones de impacto ambiental y las autorizaciones ambientales, estas últimas orientadas a la aplicación de las mejores técnicas disponibles (MTD) en cada momento. Pero más allá de estos instrumentos obligatorios, son igualmente importantes los instrumentos voluntarios, como el sistema de gestión ambiental europeo (EMAS), o la etiqueta ecológica europea u otros sistemas de certificación de la sostenibilidad, como la huella de carbono o el residuo cero. Además el reporting de Responsabilidad Social cobra cada vez más importancia entre las empresas y forman parte de los valores demandados por la sociedad y toda la cadena de valor de la empresa. La economía circular surge como respuesta a todo eso y, sin duda, sus consecuencias beneficiarán a toda la sociedad, pero especialmente ofrecerá oportunidades para alcanzar el anhelado equilibrio social y económico estipulado en los ODS de Naciones Unidas. La economía en su conjunto, empresas, trabajadores y consumidores tenemos que realizar la transición del modelo lineal al circular y las Administraciones Públicas han de facilitar el cambio, orientando adecuadamente los incentivos financieros hacia ese objetivo.
–¿Cómo puede contribuir la superficie forestal a fijar población?
–En primer lugar es preciso constatar que el mapa de terrenos forestales coincide de manera muy precisa con el de los terrenos más despoblados. Se trata de terrenos con limitaciones naturales y generalmente distantes de los grandes núcleos urbanos y representan más de la mitad del territorio regional y una proporción similar en el conjunto de España. Por ello, el entorno natural es clave en la lucha contra la despoblación y es imprescindible aprovechar las diversas oportunidades que ofrece. Entre otros, los terrenos forestales ofrecen una gran diversidad de productos, entre los que destaca la madera y la biomasa, pero también la resina, el corcho, las plantas aromáticas y medicinales, los frutos y setas silvestres y la caza. Se trata de recursos que son aprovechados en diversas cadenas de valor, desde la de bioenergía, alimentación, química, farmacéutica, pasta y papel, hábitat, incluso textil. El entorno natural ofrece extraordinarias oportunidades para el turismo de naturaleza y además, puede ser sostén de otras actividades como la ganadería extensiva, fundamental para la obtención de productos cárnicos de primera calidad, pero también textiles y de otro tipo, que resulta clave para la prevención de incendios.