María José Salvador: «Esta es una enfermedad muy dura para la familia porque no la entiende»
Este verano ha tenido días de vacaciones en su trabajo, pero no de los cuidados que precisa su madre. Únicamente ha faltado cuatro días de estar con sus padres desde hace seis años
María José Salvador es hija de una persona con alzhéimer. A su madre, Maximina Escudero, de 86 años, le diagnosticaron esta enfermedad hace seis años. ... Empezó a tener pequeños despistes y a dudar de cosas que antes nunca se hubiera planteado. Siempre ha sido una mujer muy decidida y muy echada para adelante, pero de repente empezaron a llegar las preguntas. «Mi madre era la que organizaba y dirigía en casa, pero empezó a dudar de todo y te preguntaba cosas como la ropa que tenía que ponerse», recuerda María José Salvador sobre los inicios de la enfermedad.
María José es hija única y, junto a su padre, que tiene 88 años, es la principal cuidadora de su madre.
La vida de sus padres ha dejado de ser la que era, también la suya, y aunque su madre se mantiene estable, ya no pueden dejarla sola.
La jornada de María José como cuidadora comienza temprano. A las ocho y media de la mañana llega a la casa de sus padres y ayuda a su madre a asearse y vestirse antes de acompañarla a las diez al Centro Terapéutico de Día Ciudad Jardín de Zamora. Es el centro que la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzhéimer y Otras Demencias de Zamora tiene en la ciudad. Maximina Escudero acude cada día desde hace cuatro años. En el centro se realiza un abordaje integral de la enfermedad a través de diferentes programas de intervención. También se orienta a las familias y se ofrece apoyo.
«Le viene estupendamente ir al centro, porque la motiva y está activa. Supongo que la enfermedad va siguiendo sus pasos, pero mi madre se mantiene y le ha venido muy bien ir al centro», explica María José, quien después de su jornada laboral y de encargarse también de su familia, vuelve al centro a recoger a su madre a las seis de la tarde. Después de la cena, vuelve a casa con su marido y sus hijos.
Explica que el alzhéimer es una enfermedad muy dura para los familiares porque es difícil de entender. Además, asegura que «hay que cargarse de grandes dosis de paciencia. Es una enfermedad que no entiendes. Te cuesta entenderlo porque vas viendo poco a poco que tu madre ya no es tu madre. Llega un momento en el que se convierte en una niña. Es muy duro que tu madre ya no lo sea», explica con tristeza y asegura que ante esta situación, echa de menos tener hermanos. El centro terapéutico es para Maria José «lo que te da la vida»; ya que le permite compatibilizar su trabajo con el cuidado de su madre. «Mi padre solo ya no podría hacerse cargo», reconoce esta zamorana, que a pesar de las dificultades, se resiste a ingresar a su madre en una residencia de mayores.
Este verano María José ha tenido días de vacaciones en su trabajo, pero no de los cuidados que precisa su madre. Únicamente ha faltado cuatro días de estar con sus padres y durante ese tiempo, dejó a una persona encargada de acompañarles por las tardes para quitar trabajo a su padre.
La asistencia al centro de día y estos cuidados también suponen gastos económicos, que en el caso de esta familia están financiados en parte por la ayuda a la dependencia que tienen concedida.
El objetivo de María José es seguir cuidando a su madre para que no se caiga, no enferme y mantenga el máximo tiempo posible las capacidades que conserva.
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