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Azucena Bernal y Valeriano Castillón inician el recorrido por las tres sedes de la exposición en la iglesia de San Andrés.
Una pareja de Zaragoza, primeros visitantes de 'Reconciliare'

Una pareja de Zaragoza, primeros visitantes de 'Reconciliare'

Valeriano Castillón y Azucena Bernal, asiduos al ciclo de Las Edades del Hombre, han planificado un viaje a la zona para visitar la exposición

mónica rico

Miércoles, 26 de abril 2017, 11:06

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Minutos antes de las diez de la mañana, momento oficial de la apertura al público de Reconciliare, Valeriano Castillón y Azucena Bernal, un matrimonio de Zaragoza, llegaban al entorno de la iglesia de San Andrés. Se disponían a adquirir su entrada para disfrutar de la exposición de Las Edades del Hombre que alberga este año Cuéllar, Reconciliare. Y así lo hicieron. Azucena y Valeriano figuran de este modo como los primeros visitantes de la muestra. Pero cuando supieron que eran los primeros mostraron su sorpresa. Esperaban que la exposición hubiera recibido visitantes durante la tarde del lunes, tras la inauguración, aunque ellos prefirieron conocer la exposición un día después para evitar la posible aglomeración.

El matrimonio se encontraba disfrutando de un pequeño viaje programado con una ruta que les dirigiera hacia Cuéllar con el fin de poder visitar Las Edades del Hombre, exposición a la que son asiduos, según confirmaba Valeriano Castillón, que apuntaba que el matrimonio había visitado en torno a un 70% de las muestras, recordando que unas les habían gustado más que otras y que en los últimos años notaban cómo se primaba la calidad antes que la cantidad. Aficionada al arte, la pareja es fiel a Las Edades. En los últimos años no han fallado a las exposiciones organizadas en Toro, Medina del Campo y Medina de Rioseco, Aranda de Duero, Soria, e incluso acudieron a la de Ponferrada.

Viaje de vacaciones

En su viaje por el norte de la provincia de Segovia, el lunes llegaron a Valladolid capital, donde hicieron noche, y ayer temprano salieron hacia Cuéllar, donde tenían previsto pasar el día, para continuar su camino hacia Madrid, donde pasarían la noche, para regresar después a Zaragoza y dar por finalizadas sus vacaciones. El matrimonio tiene costumbre de realizar una visita a la exposición de Las Edades del Hombre durante sus vacaciones, que en ocasiones planifican para verano, aunque en esta ocasión ha sido aprovechando el mes de abril.

La pareja aragonesa no conocía Cuéllar, aunque Valeriano Castillón aseguró saber que era la cuna de los encierros más antiguos del mapa de España. Ahora, gracias a Reconciliare, «lo hemos puesto en el mapa», declaró.

El matrimonio aprovechó además para conocer la villa con algo más de profundidad, pues tras la visita a las tres sedes de la muestra, realizó un recorrido por el municipio. Durante la mañana conocieron algunas de las calles más céntricas y la Plaza Mayor, mientras que por la tarde, después de degustar la gastronomía local, esperaban poder disfrutar del castillo y de aquellos otros recursos que les recomendaran en la oficina de Turismo y que tuvieran tiempo de ver.

Los dos miembros de la pareja son aficionados al arte, y desde esta óptica Azucena y Valeriano apuntaron que la organización del ciclo de Las Edades del Hombre es una iniciativa muy de su gusto, que en general tiene un nivel muy alto y que se ha ido depurando con los años hacia la calidad.

«Es preferible que haya menos obra y de más nivel», indicó Castillón, quien señaló que «no se entendería la historia del arte sin el arte religioso, y más en España, donde tenemos una gran cantidad de obra y un rico patrimonio de todas las épocas y estilos artísticos».

Esta buena impresión la corroboró su esposa. Azucena Bernal afirmó que el arte sacro ha servido para que «los artistas de distintas épocas hayan podido expresarse y hayan conseguido realizar obras muy importantes».

Así, la zaragozana agradeció la iniciativa que puso en marcha hace ya muchos años la Fundación Las Edades del Hombre, que siempre realiza una unión destacada de obras singulares del rico patrimonio histórico artístico español y facilita que se puedan admirar durante un tiempo y en un espacio determinados. Comovuelve a ocurrir en esta edición en la villa de Cuéllar, al estar distribuida la exposición Reconciliare en tres iglesias, con lo que una vez más se puede vencer la dificultad que entraña poder disfrutar de cada una de las obras expuestas en sus respectivos lugares y templos de origen.

En hora y media

Tras visitar la primera de las sedes, el matrimonio se mostró satisfecho con lo que pudo admirar en la visita. Ambos destacaron que se nutre de obras excelentes, a los dos les llamó la atención que la selección haya incluido fotografías contemporáneas como novedad, y subrayaron su gusto por algunas de las piezas que presenta Reconcliare y, por ejemplo, destacaron El paraíso perdido, de José Luis Alonso Coomonte, una corteza de encina dorada con letras de bronce.

Valeriano y Azucena emplearon cerca de una hora y media en recorrer las tres sedes, las iglesias de San Andrés, San Martín y San Esteban, que constituyen magníficos ejemplos del mudéjar cuellarano. Al terminar el recorrido, el matrimonio aragonés mostró su satisfacción con el contenido y la distribución de la muestra. Había colmado sus expectativas y recalcó que, una vez más, en la organización de los espacios había primado la calidad sobre la cantidad. Es una de las imágenes que se llevan a Zaragoza.

Los segundos, de más cerca

De algo más cerca de Cuéllar, de la vecina localidad de Olombrada, llegaban los segundos visitantes de la exposición, y lo hacían ya pasadas las diez y media. Eran Margarita Castro con su esposo y su cuñado, que esperaban que la de Cuéllar fuera una exposición más amena que otras del ciclo que habían visitado anteriormente. «Dicen que no puedes hablar de una cosa si no la conoces», afirmaba Castro mientras se dirigía a adquirir su entrada a la iglesia de San Andrés.

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