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David Rodrigo, detective privado, en su despacho de López Gómez. Alberto Mingueza

Detectives para 'cazar' los escaqueos en el teletrabajo en Castilla y León

Los investigadores privados reciben desde la irrupción de la covid encargos de empresas para comprobar el rendimiento laboral de los empleados desde sus domicilios

Eva Esteban

Valladolid

Sábado, 10 de abril 2021, 21:18

No lleva gabardina, ni lupa ni bebe martinis agitados. Es un tipo «normal, preparado y debidamente formado». «Esa es una imagen creada a partir del cine y la literatura, pero nuestra profesión no tiene nada que ver con eso; no somos ni James Bond ni Sherlock Holmes», dice David Rodrigo, detective privado, desde su despacho en López Gómez. Es la cara visible de DRC Detectives Privados –hace más trabajo de campo, mientras sus compañeros están a pie de calle–, una agencia asentada en Valladolid capital, pero que trabaja en toda Castilla y León, Madrid y País Vasco.

Hasta hace tan solo unas semanas, sus investigaciones se centraban fundamentalmente en bajas laborales, deslealtades y bienestar y cuidado de menores. Pero desde la irrupción de la pandemia, desde que la covid diera un respiro y permitiera a aquellos empleados considerados no esenciales volver a sus puestos, asumen también otro tipo de servicios. Cada vez son más las empresas de la comunidad que les reclaman para comprobar el rendimiento laboral de los teletrabajadores, saber si cumplen correctamente con sus funciones desde que las desempeñan en sus domicilios o si, por el contrario, se escaquean con asiduidad.

No obstante, muchas son meras solicitudes, sin llegar a ejecutarse el encargo. «Hemos notado un incremento en las peticiones por investigaciones asociadas al teletrabajo; es lógico porque la pandemia ha traído esta forma de trabajar, pero no es tan exagerado como se está hablando», asegura Rodrigo.

Una tendencia que estima que aumentará. «Por lógica», porque el teletrabajo aún está asomando la cabeza en la región. «Es evidente que va a subir, pero a largo plazo; ahora mismo estamos en esa transición de que se nos está conociendo y podemos ayudar en esa línea», incide, al tiempo que lamenta que la figura de estos investigadores privados «no esté todo lo reconocida que merece». «No estamos totalmente integrados en la sociedad; mucha gente no sabe que existe, y el que lo sabe desconoce cuáles son nuestras competencias», añade.

El servicio se realiza durante un periodo medio de tres a cinco días y el coste oscila entre 2.500 y 4.500 euros

Se ampara en las estadísticas que baraja la agencia DRC. En base a un estudio de Adecco que determina que 104.100 personas en Castilla y León realizan sus funciones fuera del centro de trabajo, consideran que entre el 10% y el 15% –entre 10.000 y 15.000 personas– «no cumplen estrictamente su jornada laboral». Todo, atendiendo a lo que sucede en otros sectores. «Mi agencia estima que, en comparativa con el fraude en otros ámbitos como las mutuas aseguradoras, creemos que hay entre un 10% y 15% que no lo cumple; si de ese porcentaje solo investigásemos a una cuarta parte, si se traduce en dinero estaríamos hablando de que el ahorro en despidos procedentes superaría los diez millones de euros solo en nuestra comunidad», sentencia David Rodrigo.

Pero, ¿cómo lo controlan? Son su sombra, no les pierden de vista. Les vigilan y les siguen allá donde vayan durante el tiempo en el que se prolongue su jornada laboral. Todo, durante un periodo medio de entre tres y cinco días, si bien está supeditado a la complejidad del caso concreto. «Dentro del domicilio evidentemente no podemos controlarlo, pero cuando nos contratan es porque la sospecha radica en que puede salir de su puesto de trabajo, que en ese caso lo desarrolla en su casa, y aprovechar el día a día para hacer sus actividades personales», subraya este detective privado, quien incide en que el suyo es tan solo un ejemplo, que estos nuevos encargos se están extendiendo a otros colegas que ejercen en la comunidad.

Formación universitaria

La contratación de un detective privado para 'cazar' a quienes intentan escabullirse de sus responsabilidades laborales tiene un coste que oscila entre los 2.500 y los 4.500 euros. Así lo calcula el secretario de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), Antonio Labrador, quien también destaca que los honorarios pueden variar en función de los medios humanos desplegados, el tiempo de dedicación, si es necesario o no el desplazamiento y del propio profesional. «Por lo general, las que contratan son grandes empresas, y lo hacen a nivel particular, cuando ya tienen unos antecedentes que le hacen sospechar, como varias bajas en el último año», comenta, mientras concreta que «aunque a priori puede parecer mucho, si valoras el coste que a diario supone para la empresa y lo que está defraudando, sale rentable, por decirlo de algún modo».

Esta agrupación, que se presenta como la mayor organización de detectives privados de España, aglutina a nivel nacional a cerca de 250 profesionales. Presumen de ser los más formados de Europa, pues es necesario estudiar tres años de carrera para obtener la licencia. A ello, además, cabe añadir que la «gran mayoría son graduados en Criminología o Derecho, por lo que incluso antes de tener la licencia tienen una amplia visión sobre el terreno que están pisando», concluye Labrador.

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