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«Mamá, quiero ser 'poli'». Esta frase se ha repetido de generación en generación y cada Carnaval se ponía de manifiesto, cuando hordas de niños salían a la calle ataviados con sus uniformes, sus placas y sus pistolas para disfrutar del desfile mientras jugaban a matar a los malos. El de 'poli' ha sido siempre el disfraz estrella, pero los tiempos han cambiado. Ahora cada vez son menos los niños que quieren ser polis, y más los que se disfrazan de superhéroe, tal vez porque los poderes de Spider Man, Thor o Hulk son más atractivos para los jóvenes que una placa y una pistola.
Los héroes de ficción han ganado terreno a los de carne y hueso y, mientras tanto, las tiendas de disfraces, como Toy Planet, son un lugar perfecto para pulsar los deseos de los más pequeños. «Disfraces como el de ‘Lady Bug’ o los de Los Vengadores se han vendido muy bien entre los más pequeños», incide Jorge Machiñena desde su establecimiento, ubicado en la calle Gil de Fuentes, donde esperan vender hasta 5.000 disfraces durante esta campaña, unos datos que pueden parecer demasiado optimistas, pero que son inferiores a los de años anteriores. «Antes se vendía muchísimo más porque había mucho más ambiente por la noche y mucha gente salía disfrazada. Ahora, son los niños los que más se disfrazan y algunas familias se animan a comprarse trajes en conjunto», explicaba ayer Machiñena.
No. Ya no hay tantos pequeños policías por las calles en Carnaval y ya nadie se disfraza de ladrón con el clásico saco al hombro y un antifaz pintado con betún. Ahora, los que quieren ir de buenos, se disfrazan de la Liga de la Justicia y los que quieren ir de malos, se ponen un casco de soldado del Imperio o de Darth Vader, que, aunque la saga tenga más de cuarenta años, Disney se ha encargado de que esté más de moda que nunca.
Toy Planet tiene en sus instalaciones disfraces que oscilan entre los 8 y los 50 euros, y es que disfrazarse no es caro. De hecho, son muchos los palentinos que deciden sacar su lado creativo en estas fechas y hacerse sus propios trajes únicos. «Hay mucha gente que se hace sus propios disfraces y que viene luego a comprar los complementos. Tenemos, más de 2.000 referencias distintas», incide Machiñena para señalar que no hay excusa para no disfrazarse este año.
Por no valer de pretexto, no sirve ni el frío, y es que los disfraces con tejidos similares al borreguillo se han convertido en tendencia este año. Tal vez esta afición de los niños por vestir como Spider Man en lugar de como un policía tenga que ver también con la temperatura, y es que el mono de un superhéroe da más calor que un chaleco antibalas.
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