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Silvia G. Rojo
Miércoles, 1 de marzo 2017, 12:09
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De mala manera comenzó el día en Ciudad Rodrigo. Ya de salida, nada más pisar la arena del coso mirobrigense el astado de nombre Pirolito y de la ganadería de Juan Manuel Criado se llevó por delante a un vecino de Ciudad Rodrigo de 46 años de edad.
Cada año es habitual ver a este hombre haciendo la misma jugada: se coloca a la salida, muy cerca de la puerta de los toriles, y mientras que el toro va de frente, el ataja hacia las tablas. Esa es la teoría, lo previsible, pero ayer el toro no cumplió con las perspectivas y no siguió su querencia sino que se fue directamente hacia las tablas donde le alcanzó y le propinó una cornada en el muslo.
Rápidamente fue trasladado a la enfermería y durante dos horas y media fue operado por el equipo del doctor Enrique Crespo. El cirujano valoró, en primer lugar, que se trataba de «un hombre muy grande, grueso, y el toro era muy astifino y al intentar subir a la tabla le ha metido el pitón hasta la cepa». Es más, en las tablas donde le corneó se apreciaba perfectamente que el cuerno del toro había llegado hasta allí y que había entrada y salida en la herida producida.
La herida se la pegó por la cara posterior del muslo y salió por la cara anterior, presentaba dos trayectorias y le produjo diversos destrozos, «muy importantes» y «una hemorragia tremenda». Pero no solo eso, «además de esa hemorragia tremenda que todo el mundo lo ha visto, nos ha costado mucho reanimarle y como tenía mucho cuello han tardado en intubarle pero lo más difícil ha sido controlarle la hemorragia porque estaba en una zona muy complicada y de difícil acceso y ha habido que abrirle el muslo de arriba abajo». Con la hemorragia controlada, el equipo procedió a limpiarla y posteriormente lo enviaron a Salamanca «estable e intubado». Su estado era muy grave.
Ésta es una de las cornadas más graves que se ha visto durante el carnaval, de hecho, Enrique Crespo manifestó estar «preocupado» y pendiente de la evolución de los próximos días ante las posibles complicaciones que puedan surgir.
En lo que respecta al festejo en sí, el toro dio bastante juego y llegó hasta en dos ocasiones hacia la zona del Registro. Además, en la calle Madrid se vivieron situaciones comprometidas y el toro se empleó a fondo, incluso con los portales.
El Toro del Aguardiente es un ejemplar que cada año suele ser donado por algún particular o asociación y en esta oportunidad fue un grupo de amigos que se hace llamar la Guardia Real de Tato.
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