La baja incidencia de la gripe hace temer una epidemia más agresiva en 2022

Pero esta bajísima incidencia del virus influenza no trae solo las buenas noticias de haberse evitado ingresos, fallecimientos y enfermedad moderada, todo ello con importantes bajas laborales. Según explican los expertos del Centro Nacional de la Gripe ubicado en el Clínico de Valladolid, «esta ausencia de la circulación del virus, aunque la vacunación haya sido alta, ha evitado la inmunización frente al virus de forma natural en mucha población. Se pierde protección, la creación de anticuerpos, y esto hace muy probable que la próxima temporada gripal llegue antes, sea más grave y tenga una mayor duración», explica el doctor Iván Sanz Muñoz, responsable científico y de vigilancia virológica de dicho centro de referencia. Y «no es que haya experiencias exactamente iguales al respecto; pero sí que se ha comprobado que, en inviernos cálidos, cuando la circulación ha sido también baja, aunque no tanto como ahora que casi no ha existido, en la siguiente temporada hay un repunte, toma fuerza», explica el doctor Sanz.

Y esto ocurre pese a los cambios de cepa de cada temporada gripal a los que se adapta además cada año el diseño de la vacuna. En primer lugar «porque hay memoria inmunológica aunque haya variaciones en el virus; pero el B tiene una menor evolución y el de tipo A H1 y H3 muta muy rápido, más todavía que el coronavirus y cambia cada año; pero esto no es blanco o negro. Al vacunar de la gripe se inyecta una proteína de la carcasa del virus que genera anticuerpos y lo que cambia es una parte muy pequeña y la inmunización creada sigue valiendo. En la memoria queda siempre, otra cosa es que sean anticuerpos válidos. En la epidemia de 2009, el virus atacó menos a los ancianos que a los jóvenes por el parecido de la cepa con la gripe que ellos ya habían pasado, hay incluso evidencias de recuerdo de la de 1918», precisa este especialista.

Y la próxima temporada «se espera más potente pese a que se haya vacunado más porque no se llega a alcanzar la inmunización natural de la circulación de un virus», añade. Por ello, el Centro Nacional de la Gripe recomienda hacer una campaña de vacunación para la próxima temporada que supere a la última. Para ello, producir muchas más dosis aunque ya es un poco tarde porque ya se está en proceso de fabricación y vacunar también a los niños, hasta los 14 años, porque son el principal vehículo de transmisión, son los que lo llevan a casa y contagian a los mayores».

Añade el director del Centro Nacional de la Gripe, el doctor José María Eiros Bouza, que, efectivamente, «la exposición anual a los virus de la gripe circulantes refuerzan la inmunidad colectiva en un 20% de la población»; algo que se ha perdido este año porque «la temporada gripal acaba de finalizar con muy escasa circulación, con un descenso muy importante de los virus aislados en nuestra comunidad y en toda Europa, y puede ser un condicionante de este hecho. Hemos documentado un comportamiento casi hegemónico del SARS CoV-2, que ha desplazado a otros virus respiratorios hasta el momento y en la medida que los virus gripales no han circulado ... tienen menos posibilidades de evolucionar», destaca el también catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina de Valladolid. No obstante, precisa que «no sabemos lo que ocurrirá en la temporada que viene. Lo que tenemos claro es que la que acaba de finalizar es, hasta donde recordamos y tenemos registros, la de menor incidencia que hemos conocido».

Por otro lado, y en cuanto a la posibilidad de que todavía haya un repunte y aparezca una epidemia de gripe en las próximas fechas, antes del verano, el doctor Sanz Muñoz explica que «es una opción no descartable, pero bastante difícil», precisa.