Álvaro de la Calle durante su actuación en Madrid. MARISCAL- EFE
Intervino como sobresaliente en Las Ventas

Álvaro de la Calle: «Es un paso grande tras muchos años esperando en el banquillo»

El torero salmantino, que el domingo tomó el testigo de Emilio de Justo tras caer herido en su encerrona en Madrid, admite que «nunca quieres» que suceda algo así pero que siempre se prepara para «solventar la papeleta»

Silvia G. Rojo

Salamanca

Lunes, 11 de abril 2022, 19:20

Atiende el teléfono mientras abandona las calles de Madrid y, a medida que la conversación avanza, su voz pasa de la alegría a la tristeza ... o la emoción, pero sobre todo, hay espacio para la esperanza.

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«Por un lado estoy contento y alegre y por otro, triste por la cogida de Emilio», comenta el torero salmantino Álvaro de la Calle, que este Domingo de Ramos se convirtió en protagonista involuntario de la encerrona en la capital de España de Emilio de Justo, que tras ser alcanzado por el primer toro de la tarde, cedió el testigo de los otros cinco toros al sobresaliente.

La palabra dignidad se ha recogido en una buena parte de las crónicas de la tarde y el propio matador entiende que hizo «una tarde digna de torero». «Sabía que mi oportunidad era en un día así». Y de momento se queda con sus sensaciones y con las que le han transmitido otros compañeros de profesión, como Finito de Córdoba o Antonio Ferrera. «Me han dicho que estuve digno y por encima de digno», para lo que tiró de «solvencia, amor propio, respeto y amor a la profesión».

El salmantino interpreta lo sucedido en Madrid como «un paso más en mi carrera, un paso grande después de estar muchos años esperando en el banquillo». De igual modo, reconoce que la situación no le pilló desprevenido, pues «cuando voy a estas tardes de seis toros piensas que puede pasar una cosa así, nunca quieres, pero siempre me he preparado para esto, para solventar la papeleta, que la gente me viera preparado».

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Larga trayectoria

Y es que de la Calle ha hecho las veces de sobresaliente en numerosas encerronas. Sin ir más lejos, en Nimes (Francia) el pasado septiembre en la de Antonio Ferrera y está comprometido para la del próximo mayo en Madrid, de Paco Ureña. «En cualquier momento puede suceder un percance, no solo una cogida, un matador se puede cortar un tendón con la espada y no puede continuar», pone como ejemplo.

Valora todas esas oportunidades de ir de sobresaliente, «pero siempre me entrenaba por si me tocaba un día matar los seis toros» y para eso, es necesaria una repsonsabilidad «física, mental y taurina», por lo que la situación le pilló en la parte física y de toreo de salón «al máximo», sin olvidar que allá donde se le ha dado la oportunidad, no ha dejado de acudir a un tentadero.

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Sobre las cosas que pasaron por su mente en el momento en el que es consciente de que debe asumir la muerte de cinco toros comenta que «uno tiene la mente fría, está concentrado y dice: para adelante, mi chip cambia, me toca, y lo haces con mucha dignidad y respeto, intentas dar la cara», en este caso ante el público de Madrid, por el que dice que se sintió «arropado», pero sobre todo, «respetado».

Con su hija, Triana

En el viaje de vuelta a casa, a Salamanca, le acompañan su mujer y su hija y, emocionado, pronuncia el nombre de Triana, que a sus ocho años le acompañó, como en tantas otras ocasiones, en otro paseíllo, el que va del hotel a la plaza. «Me visto en el hotel, me lleva mi hija de la mano, cruzo el semáforo de Las Ventas con Triana, me acompaña a la capilla y reza conmigo, luego se va al tendido, y es una cosa que ha hecho siempre y que, según me dicen, se ha hecho viral».

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La emoción sigue muy presente a la hora de enumerar a esas otras personas, además de su mujer y su hija, que siempre han estado empujando su carrera: «Mi hermano, mi familia, amigos que nunca han dejado de estar ahí, la tarde se la dedico a ellos; tampoco puedo evitar acordarme de mi padre que murió al principio de la covid, un luchador incansable que hubiera estado ahí hasta que las fuerzas se lo hubieran permitido». Y desde la humildad, también hablar de la prensa: «gracias por dar importancia a esto, es un orgullo y espero que sirva».

Sus próximos compromisos pasan por Córdoba, Madrid o Valladolid, «tengo contratos que tengo que respetar y ojaá que ésto, se vea reflejado para bien con contratos».

El teléfono no ha parado de sonar desde ayer, «una locura», pero en el año de sus 48, la suya sigue siendo la del toro, «esto es un pasito más, lucho igual que el resto, yo quiero sen figura», sentencia.

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