Este es el tiempo que nos espera en invierno

Pese a que estamos empezando diciembre y aún faltan 20 días para que el invierno astronómico haga su aparición por las austeras tierras mesetarias, los avanzados modelos matemáticos que ayudan establecer las previsiones meteorológicas ya nos permiten avanzar algunas interesantes predicciones y pronosticar un invierno con unas temperaturas normales o algo menos frías de los habitual, con escasas lluvias. Eso es en términos generales. Descendamos un poco.

La primera pregunta que se le viene a la cabeza a uno hablando de invierno y en Castilla y León es si será una estación con fuertes heladas. Vamos a ver. Heladas habrá, por supuesto. Es lo propio de la época y no hay nada que permita aventurar que no vayan a aparecer. Lo que sucede es que probablemente no serán ni muy fuertes ni muy continuadas. Pero haberlas, como las meigas, las habrá. Además, es bueno que hiele en invierno en Castilla y León. La agricultura lo necesita y la naturaleza ha de llevar a cabo procesos que salen adelante mejor con frío. Por ejemplo, un invierno suave suele llevar a aparejado una eclosión de plagas en primavera. La procesionaria del pino, por ejemplo, es de las que se beneficia de esa circunstancia.

Total, que hará el frío de otros años, pero quizá sin ser tan acusado. Y eso que no va a ser un invierno con muchas precipitaciones. En el Norte y el Noroeste sí parece que la estación viene con más agua de lo normal, pero no por estas tierras mesetarias. Así que es muy posible que nos veamos envueltos en días de niebla y en cencelladas. En cualquier caso, diciembre es el mes más lluvioso en general en la península, pero no en Castilla y León. En la parte norte del centro de España las lluvias son más acentuadas en primavera que en invierno. Incluso en otoño suele llover más que en la estación en la que cambiamos de año.

De hecho, según el portal especialiado eltiempo.es, la probabilidad de tener temperaturas más altas de lo normal en la Península Ibérica es de un 70-100% en toda ella salvo en el Cantábrico y en Galicia.

Y todo ello llega después de un septiembre más frio de lo normal, casi un grado por debajo de lo habitual; de un octubre que superó en medio grado la media y un mes de noviembre en el que, exceptuando la primera semana, se ha caracterizado por la ausencia de precipitaciones y temperaturas altas, aunque la masa de aire polar que ahora tenemos encima y que seguirá hasta el jueves probablemente-, nos está dejando unas heladas curiosas para que nos vayamos acostumbrando para lo que viene.