Más de 1.000 firmas apoyan las reivindicaciones de los brigadistas

Diecisiete días después de que los brigadistas forestales de todo el país se declarasen en huelga indefinida, un grupo de trabajadores de la brigada soriana de Lubia colocó ayer una mesa informativa en la calle Santiago de Valladolid para mostrar su trabajo y exponer sus reivindicaciones a todos los interesados. Los profesionales consiguieron recoger más de 1.000 firmas como muestra de apoyo.

El delegado sindical de la brigada de Lubia, Santiago Sánchez, explicó que reivindican «cosas muy sencillas. Pedimos que se reconozca nuestra labor como bomberos forestales, una mejora salarial y una segunda actividad en el caso de no superar las pruebas físicas». Los brigadistas solicitaron en un primer momento un aumento salarial de «algo más del 30%», según Sánchez. Actualmente los trabajadores tienen un sueldo de unos 900 euros a lo que hay que añadirle un complemento de extinción, en época estival, de 127 euros.

Además, los profesionales han hecho especial hincapié en mostrar su malestar con respecto la denominación de brigadista forestal, porque consideran que son bomberos forestales, con todas las mejoras laborales que ello conllevaría. «Si se nos considerase bomberos forestales, podríamos acogernos a enfermedades relacionadas con nuestra labor o tendríamos mejoras a la hora de jubilarnos. Es muy habitual sufrir lesiones o accidentes laborales y es realmente difícil llegar a la edad de jubilación haciendo las cosas que hacemos», lamenta Sánchez. Por otra parte, el delegado sindical reconoció que las negociaciones entre el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, la empresa contratante y los sindicatos han progresado, pese a que aún no han conseguido llegar a un acuerdo. «Solicitamos que se conceda una segunda actividad para ocho trabajadores de cada base, aunque la empresa de momento solo está dispuesta a concedérsela a dos. En cuanto al salario también hemos prosperado; pero vemos complicado que se nos incluya dentro de la categoría de bomberos forestales».

Pese a la huelga, los brigadistas no se olvidan de lo devastadoras que son las llamas y han decidido acudir a los incendios cercanos como voluntarios. «Lo primero que dijimos es que no podíamos desatender los fuegos. Los montes no tienen la culpa».