Alerta en los viñedos del Duero por las heladas tardías

En el valle del Duero uno de los accidentes meteorológicos que más preocupa a los viticultores y los bodegueros es la helada. Esta semana han bajado deforma apreciable las temperaturas durante el día y en la madrugada los grados han estado muy cerca del 0, lo que ha provocado pequeñas heladas muy localizadas en algunas plantas de los viñedos del Duero. No hay que lamentar daños destacables gracias a que el calor registrado durante las semanas anteriores ha favorecido el avance de la planta, aunque el temor no desaparecerá porque se prevén granizadas a principios de junio.

El miedo no desaparece así como así, de manera que los responsables del viñedos y enólogos de bodegas importantes como Vega Sicilia y Abadía Retuerta llevan toda la semana sin perder de vista las previsiones y los termómetros. Eso, sí en ambos casos cuentas con ventiladores que han evitado daños mayores en esa hora en la que las masas de aire frío se quieren apoderar de la tierra y de sus plantas, sobre todo en las zonas más húmedas como hondonadas y vaguadas y en las proximidades de los pozos. Los molinos han hecho su trabajo, mover el aire y empujar las masas calientes hacia el suelo para impedir que las temperaturas ronden los cero grados.

En la provincia de Valladolid, uno de los municipios que ha estado y sigue estando en alerta ha sido Sardón de Duero. El director técnico de Abadía Retuerta, Ángel Anocíbar, confiesa que lleva dos días «sin pegar ojo» porque, aunque esta bodega cuenta con 16 ventiladores, prefiere activarlos manualmente y confirmar que funcionan. «No esperábamos heladas porque había mucho viento, pero se paró y bajó dos grados la temperatura de golpe», explica Anocíbar, antes de confirmar que hay alguna planta quemada por el frío, aunque son daños muy localizados y menores al estar la viña muy avanzada. Eso sí, teme las granizadas previstas para el 3 o 4 de junio. Anoche, el enólogo se mantenía alerta, al igual que el director técnico de Quinta Sardonia, el francés Jérôme Bougnaud, «sobre todo por las viñas que tengo en Soria».

Los ventiladores de Vega Sicilia saltaron de forma automática a las cinco en la madrugada del martes al miércoles cuando se alcanzaron los dos grados, según confirmó su director técnico, Javier Ausás.

En la Denominación de Origen Ribera del Duero el efecto de estas «heladas de irradiación ha sido testimonial», según aseguró Agustín Alonso, el director técnico, quien también advirtió de que la madrugada más complicada era la del viernes.