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Martín, con su padre Luis, estaba impacient por entrar en clase esta mañana. PCR
«Quiero entrar ya, vamos»: impaciencia y nervios en la vuelta al cole

«Quiero entrar ya, vamos»: impaciencia y nervios en la vuelta al cole

Las aulas se han vuelto a abrir, casi seis meses después, para recibir a los primeros niños en un curso escolar marcado por la covid-19 | Los peques estaban inquietos, deseando volver a ver a sus amigos y profesores

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Miércoles, 9 de septiembre 2020, 18:49

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Se reconocen cuando llegan. Se llaman a gritos pero... este año no hay (tantas) carreras a las puertas de los colegios en el reencuentro con los amigos. Hay que mantener la distancia de seguridad y, en la vuelta a las aulas, niños y padres se saludan desde lejos y comentan la jugada. Son los más pequeños, Infantil y Primaria, lo que han empezado este miércoles las clases, casi seis meses después de que la pandemia de la covid-19 obligara a cerrar los colegios. Y había mucha emoción, nervios e impaciencia por arrancar el nuevo curso, informa Burgosconecta.es

Martín Robador, que empieza tercero de Infantil en el colegio Sagrada Familia de Burgos, ha llegado bien pronto. Hoy entraba en clase a las diez, pero a partir de mañana lo hará a las nueve menos días, en una entrada escalonada para evitar las aglomeraciones que hoy, pese a los esfuerzos de todos, sí que se han producido en los acceso al centro escolar. Y es que, como decimos, había ganas de volver al colegio. Martín se ha mostrado bastante inquieto mientras esperaba a que se abriesen las puertas del patio y le permitiesen entrar a su aula.

«Quiero entrar ya, vamos papá» ha sido la frase más repetida durante el tiempo de espera, que se le ha hecho muy largo. Su padre, Luis, afirma que la ilusión va «a rachas», como todos los inicios de curso, y Martín recuerda que este verano ha estado en el pueblo, y que ha podido celebrar el cumpleaños de dos amigos. El suyo lo celebrará este fin de semana, con amigos de su clase (Daniel, Gonzalo, Ian), respetando el grupo burbuja y el aforo de 9, «por los pelos», reconoce Luis. Y es que Martín estará en su clase habitual, con sus 24 compañeros, pero en grupo estanco.

Es una de las medidas impuestas para hacer frente a la covid-19. La otra son los accesos escalonados, sin los padres, que no deben mezclarse con el resto del alumnado. «A papá no le dejan entrar al cole porque es muy mayor», asegura Martín, que lleva como mejor puede las normas de seguridad. «La mascarilla es obligatoria», nos recuerda, «no me la puedo quitar porque hay coronavirus» y eso que «algunas veces me asfixia», asegura el pequeño de casi 5 años. Y es que los niños la llevan como mucho estoicismo.

Con su babi y su mascarilla, que es obligatoria, ha recordado el propio Martín.
Con su babi y su mascarilla, que es obligatoria, ha recordado el propio Martín. PCR

Por ejemplo, su amigo Daniel dice que no le molesta, pero su madre Beatriz asegura que es lo que más le cuesta de las nuevas medidas de seguridad. En cambio, echarse gel lo tiene muy aprendido, y si se te olvida al llegar a casa lo recuerda. Su hermano mayor, Marcos, de ocho años, ya tiene edad suficiente para entender lo que supone la covid-19. Y Martín lo va interiorizando. A la entrada y la salida del aula, toca echarse gel y, en casa, nada más llegar de la calle, se lavan las manos y guardan las mascarillas en sus cajas: verde la de Martín, negra la de papá y blanca la de mamá.

Beatriz asegura que están llevando la vuelta al cole bien, «con las dudas normales de inicio de colegio pero hay que empezar», y los niños ya necesitaban volver a las aulas y encontrarse con sus amigos y profesores. Hay miedo, incertidumbre pero también muchas ganas de los padres. Luis reconoce que, «al final del curso, yo me atrevía a hacer de profesor, por la inercia. Martín ya tenía una rutina cogida». Sin embargo, empezar un nuevo curso, con nuevas materias, nuevos libros, son palabras mayores. «Al menos que aguanten 15 o 20 días y cojan el ritmo», admite.

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