El invento de un burgalés para comunicarse con su abuela: el 'Yayagram'

Con las limitaciones que presentaba el uso del teléfono móvil para su abuela, los familiares, repartidos por todo el territorio español, llegaron incluso a hacerle unas instrucciones escritas para explicarle cómo podía entrar y salir de la aplicación de mensajería instantánea, así como mandar mensajes y fotografías. «Pese a que intentamos que aprendiese con unas pautas a seguir detalladas en un papel, vimos que no daba resultado y por eso decidí hacer el 'Yayagram'», explica.

Tras pensar en los problemas que generaba el teléfono móvil para su «yaya», como cariñosamente se refiere a ella, este joven burgalés se puso manos a la obra para fabricar un invento que rondaba en su cabeza para facilitar la comunicación entre su abuela y los nietos. «Lo único en lo que pensaba era en acercarle a mi abuela a todos sus nietos para que pudiera hablar con ellos sin limitaciones y con un mecanismo fácil de entender y manejar», comenta. Y surgió la idea de hacerlo de forma analógica, «como si fuera el sistema de las chicas del cable». «Es una forma de comunicarse nietos-abuela, sin intermediarios y con la facilidad que para ella supone», subraya.

El 'Yayagram' funciona de una forma «muy fácil y orientativa». Para enviar un mensaje, la yaya solo tiene que conectar el cable en la clavija del nieto con el que quiera comunicarse y pulsar el botón rojo para grabar el mensaje de voz. De forma inmediata, llegará ese mensaje al teléfono del nieto. Cuando el nieto quiera contestar a la yaya, podrá hacerlo únicamente mediante un mensaje escrito, ya que el aparato no acepta imágenes ni audios. De esta manera, la impresora integrada imprime en un ticket el mensaje que ha enviado el nieto a la abuela. Ella lo ve salir y únicamente tendrá que cortarlo y leerlo. «Creo que es una forma de acercarnos a mi yaya y de que pueda valerse por sí misma a su edad, aunque de momento el rollo de ticket tendremos que cambiarlo nosotros porque tiene que ir colocado de una forma concreta», asegura.

Su viralización a través de Twitter ha llevado a que mucha gente conozca el invento, aunque no han faltado los 'haters' criticando el 'Yayagram'. «Algunos han comentado que hay mayores que sí pueden utilizar un móvil y mandar mensajes, pero en el caso de mi yaya no. Ella, debido a sus problemas de salud, no es capaz de entender el teléfono y manejarse bien con él. Yo lo he hecho pensando únicamente en ella, no en el colectivo de mayores», afirma. «Ella, en lugar de usar un móvil, usa una caja con botones», apunta.

El proceso de creación del 'Yayagram' surge a raíz de los estudios de Manuel, que cursó Ingeniería Informática en Burgos y ha trabajado durante 13 años en una empresa de software. «Es cierto que el mecanismo no es difícil, pero requiere unos conocimientos básicos de informática y mecánica. A mi siempre me ha gustado cacharrear con aparatos y mi experiencia me ha ayudado a poder llevarlo a cabo. En el código usé tres hilos: uno para la recepción e impresión de mensajes, otro para la grabación y envío de mensajes y finalmente otro para monitorizar la conexión y mostrarla a través de un LED», explica.

«La aplicación de Python tiene su servicio de systemctl para que arranque al iniciar la raspberry, además vuelve a arrancar la aplicación si por lo que sea se para. Para los Jack, LEDS y botón para grabar he utilizado los pines GPIO de raspberry pi. Hay soporte en Python y es muy fácil usarlos. El micro es uno USB barato. Uso el comando 'arecord' directamente desde Python, sin librería», detalla.

Tras fabricarlo, Manuel se lo entregó a su abuela, aunque solo ha podido usar el 'Yayagram' durante ocho horas. «Se hizo viral y mucha gente solicitó verlo, por lo que tuve que llevármelo a casa y lo tengo aquí, pero se lo voy a devolver cuanto antes porque es suyo y lo necesita», explica Manuel. Su idea no es generar beneficio económico personal, sino ponerlo a disposición de la sociedad para que el beneficio sea para todos. «Me gustaría crear un post con todas las especificaciones técnicas, informáticas y mecánicas a seguir para fabricarlo y que cualquiera pueda hacerlo en su casa, aunque entiendo que si no se tienen conocimientos en esos campos es complicado. Pero si hay alguna empresa interesada en explotar la idea del 'Yayagram' y comercializarla para que pueda llegar a más personas mayores, con diversidad funcional o simplemente que lo necesiten», asegura Manuel.