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Joaquín Fernández de Valderrama, presidente del Colegio de Médicos de Burgos. BC
Coronavirus: «Esta crisis ha destapado las vergüenzas del sistema sanitario público en España»

«Esta crisis ha destapado las vergüenzas del sistema sanitario público en España»

Joaquín Fernández de Valderrama, presidente del Colegio de Médicos de Burgos ·

El médico asegura que el modelo descentralizado, con autonomías que rivalizan, no es solvente frente a una crisis como la de la covid-19 | Los sanitarios han pasado un duro golpe físico y psicológico, están agotados y no tienen relevo

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Viernes, 5 de junio 2020, 13:07

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El caso cero de Burgos se registró en Miranda de Ebro. El 1 de marzo quedaba ingresado el primer contagiado por coronavirus diagnosticado, así que para mediados de mes, cuando se desató la locura, en el hospital Santiago Apóstol ya estaban más que curtidos. Aun así, los cambios constantes en los protocolos, derivados de la propia evolución del virus, han generado mucho estrés profesional entre los sanitarios.

Unos sanitarios que están agotados, física y emocionalmente muy tocado, que han tenido que bregar también con la falta de EPI's, en una pandemia que nos ha pillado a todos de sorpresa. Ahora toca recomponerse, pero desde la prudencia y con responsabilidad, porque nadie está preparado para un rebrote. Mucho menos el sistema sanitario público, que ha mostrado sus deficiencias y que debería ser ahora repensado.

Así lo plantea al menos Joaquín Fernández de Valderrama, presidente del Colegio de Médicos de Burgos y responsable del servicio de Urgencias del Santiago Apóstol, que ha vivo en primera línea de fuego la pandemia.

-¿Cómo se encuentra?

Bien. Al pie del cañón, con el todo el ánimo intacto. No sé si con las fuerzas igual, pero con el ánimo sí.

-¿Cuál es el estado general de los compañeros?

Ha sido una temporada jodida. Nos ha tocado bastante pero tenemos que estar al pie de cañón. Van llegando pacientes y tienes que estar en forma, pero realmente la crisis sanitaria ha sido dura, no solo físicamente sino también anímicamente. Has visto muchas desgracias, pacientes que llegaban muy malitos y sabías que su familia ya no los iba a volver a ver, ni se iban a poder despedir de ellos. Eso para la familia es muy duro pero para nosotros también. Ahora se está ofreciendo formación y charlas a los médicos sobre el estrés postraumático por la covid-19, de recuperación psicológica para el sanitario.

-Ahora, que parece que se vuelve a la normalidad, no se puede bajar la guardia en la atención a los profesionales

Esto no ha acabado. No ha pasado el poder de infección de la patología, pero además ahora tenemos que afrontar las secuelas; las consecuencias de haber padecido la enfermedad, en el caso de los pacientes, o de haber sufrido la enfermedad, los sanitarios. Si se han contagiado, porque algunos lo han pasado fatal, pero si no lo han cogido, también lo has sufrido psicológicamente. Ahora es la desescalada, la postcrisis también tiene sus secuelas.

«Has visto muchas desgracias, pacientes que llegaban muy malitos y sabías que su familia ya no los iba a volver a ver»

-¿Sanitariamente se pensó, inicialmente, que llegaríamos a estos niveles de contagios, fallecimientos, ingresos...?

No. Eso nadie ha pensado que fuera a ser como ha sido. El protocolo que teníamos los primeros días decía que los pacientes serían diagnosticados en urgencias y, si precisaban ingreso, serían derivados al Hospital Universitario de Burgos. Eso no lo conseguimos ni con el primer paciente, pues se quedó en Miranda. Los protocolos han ido cambiando continuamente. En estos dos meses se han generado más de 7.000 protocolos en todo el mundo ante el coronavirus. Nos ha obligado a estar actualizando información científica a diario y, cada día, se recibían dos o tres instrucciones diferentes. Y todos esos vaivenes nos generan mucha confusión y mucho estrés profesional.

-¿Cómo se ha gestionado la crisis sanitaria? ¿Ha sido una gestión correcta o con falta de previsión?

A todo el mundo le ha pillado de sopetón, pero cada colectivo ha reaccionado de diferente manera al petardazo de la enfermedad. Los sanitarios hemos respondido con sobresaliente y gracias a nuestro comportamiento se ha solventado bastante bien. A pesar de estar en primera línea, con muchos contagios, muchas desgracias, entre todos hemos ido generando pautas de actuación para protegernos. La mayor deficiencia de las protecciones han sido las mascarillas, que también nos han llegado falsas, pero esto no puedes atribuirlo ni a la Consejería ni al Ministerio. Pero esa mascarilla iba sobre otra, y con una pantalla. Gracias a la hiperprotección que hemos tenido los sanitarios se han evitado males mayores. Pero le decía que cada grupo ha respondido de diferente manera. Los políticos de Burgos han sido coherentes, y es de alabar; no ha habido la lucha que se ha visto en otros foros. Y hay que reconocer la coordinación con la Consejería de Sanidad y la lealtad entre el gobierno y la oposición en las Cortes de Castilla y León. Ha sido correcto, no así la vergüenza del Congreso de los Diputados. Y no son todos los políticos, pero el espectáculo que están montando es vergonzoso.

«Gracias a la hiperprotección que hemos tenido los sanitarios se han evitado males mayores»

-¿Sabemos cuántos son los compañeros que se han contagiado en Burgos?

Tanto la Organización Médica Colegial como el propio Colegio de Médicos de Burgos estamos haciendo un registro para saber qué compañeros se han contagiado, porque después vienen las secuelas y tenemos que estar preparados. Tenemos que defender a los compañeros que han podido contagiarse por una deficiencia en los medios de protección. A parte de las mascarillas, al final sí que ha habido EPI's, salvo casos puntuales o al principio, que han podido escasear. Pero dabas la voz de alarma y entre hospitales se han ido ayudando. Esas es la parte buena.

-Lo que más han tardado en llegar han sido las pruebas...

También ahí ha habido un 'engaño de chinos'. Primero estaban los test que no diferenciaban los anticuerpos y no tenían una gran fiabilidad. Luego llegaron los test que diferenciaban entre si habías pasado la enfermedad o la estabas pasando, y esos tienen más sensibilidad según lo hagas pinchando el dedo o extrayendo sangre. Ha habido también mucha mala utilización. Sí que se ha tardado en hacer los test porque no se disponía de ellos, pero luego ha habido precipitaciones. Es una prueba de indicación médica pero hay colectivos que se han lanzado a hacer test, que únicamente confundían y han dado falsos negativos.

-Como cada vez que hay un problema sanitario, se habla mucho de vuestra vocación, de vuestro espíritu de servicio público pero... ¿lo cubre todo la vocación?

Está claro que esta crisis ha destapado las vergüenzas del sistema sanitario público. Ha demostrado que la planificación a nivel nacional es errónea y que, pese a que sacábamos pecho diciendo que teníamos el mejor sistema de salud del mundo, no es así. Un sistema nacional de salud repartido en 17 experimentos diferentes que rivalizan, con tanta interferencia política, se ha visto que no es solvente. Y que hace falta mucho más personal, pero no lo hay. Ahora llegan las vacaciones, el verano, y aquí no hay quien te cubra. No hay relevo y los profesionales están agotados, así que el panorama no es muy halagüeño.

-Nos esperan unos meses complicados porque el riesgo sigue ahí, y el peligro de un rebrote en otoño también, y el sistema no puede soportar un repunte ni los sanitarios tampoco

Está claro, por eso hemos lanzado esa campaña desde el Colegio de Médicos pidiendo responsabilidad en la desescalada. Hasta que no haya una vacuna, un tratamiento eficaz, el virus sigue y dicen los científicos que podemos tener un rebrote tras el verano. Veremos cómo responde el sistema sanitario. Estaremos preparados en cuanto a la experiencia que hemos adquirido, pero veremos a ver si tenemos medios para afrontarlo.

«No hay relevo y los profesionales están agotados, así que el panorama no es muy halagüeño»

-Deberíamos estar preparándonos ya para ese rebrote, para que no nos pille con el pie cambiado porque ahora no tenemos excusa

Las crisis debemos de aprovecharlas para sacar conclusiones y corregir errores. Lo que está clarísimo es que hay que aprovechar para hacer una reordenación sanitaria. Vuelvo a abogar por un pacto por la sanidad y en Castilla y León sería un buen momento dadas las buenas relaciones políticas. Hay que aprovechar antes de que se empiecen a pelear por los votos. Sería bueno que nos sentáramos todos, no es cosa solo de los políticos. Tienen que contar con los colegios profesionales, que hasta ahora lo hacen poco, para colaborar en la mejora y la reorganización del sistema sanitario, porque necesita corregir muchas cosas que son deficientes.

-Han sido dos meses largos de aplausos a los profesionales, ¿pero cómo están ahora?

Es el momento de reconocer la gran labor de los servicios de urgencias y hay que aprovechar para reconocer la responsabilidad de la población que ha sabido gestionar su enfermedad y no abusar de los servicios de urgencias. Sin embargo, ya estamos empezando a ver los vicios anteriores a la covid-19. A los servicios de urgencias vuelven pacientes con patologías banales cuando siempre insistimos en que no nos agoten porque necesitamos esas fuerzas para atender las urgencia reales. Atención Primaria ha hecho una gran labor y ha reforzado el personal de las residencias de mayores. Agradecemos muchos esos aplausos pero vamos a seguir siendo responsables en la utilización de los recursos sanitarios porque se agotan.

-¿Ver a los burgaleses en la calle, en las terrazas, le produce algún tipo de sensación? ¿Lo estamos haciendo bien?

El Colegio de Médicos, en su labor informativa, insiste en que la distancia social es muy importante. También la higiene de manos y la utilización de mascarillas en sitios en los que no se puede mantener la distancia de seguridad. Pero también habría que añadir que la mascarilla no es para sujetarse el pelo ni para abrigar la barbilla, es para que tape la nariz y la boca. Lo que sí he visto dándome un paseo es el gran error que se comete a la hora de utilizar las mascarillas. En las zonas de ocio y de mayor concurrencia es donde más hay que extremar las medidas de precaución. También en los supermercados, pero debemos saber utilizarlas bien.

«La mascarilla no es para sujetarse el pelo ni para abrigar la barbilla, es para que tape la nariz y la boca»

-Me comentaba que hay que ser responsables, ¿a cuánto hemos estado de que se colapsase el sistema sanitario?

A muy poco. La ocupación de los servicios intensivos, de la UCI, es un buen indicador. Ha tenido que expandirse por la URPA, por los quirófanos. Tenían un tope de 80 respiradores y han llegado a ocupar 60. Y los hospitales comarcales de Aranda y Miranda teníamos ya preparado el habilitar una UVI por si el Hospital de Burgos no podía acoger a nuestros pacientes. No llegó a colapsarse pero hemos estado cerca. Y no hay que relajarse. El brote fue agudo. Luego hubo una meseta y ahora estamos en un descenso agudo. Pero no hay que confiarse porque los hospitales todavía están recibiendo pacientes covid. El descenso es agudo y, por eso, las fases de la desescalada podrían acortarse pero siempre y cuando prevalezcan la responsabilidad de los ciudadanos, para no recaer.

-¿Cómo valora la gestión de la desescalada desde la Junta?

Han estado aplicando el freno y siendo prudentes. Esa prudencia ha sido positiva y Castilla y León ha sido de las mejores comunidades. Y el criterio de zonas básicas o provincias... es el error de la organización autonómica. Yo no lo hubiera hecho así, por comunidades autónomas, porque no tiene nada que ver el norte de Burgos con el oeste de Zamora. Es ridículo. Pero una región uniprovincial ha podido tomar mejores decisiones. Se podía haber redistribuido al margen de las autonomías, con criterios más geográficos y de incidencia de la enfermedad.

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