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Gabriel de la Iglesia
Jueves, 9 de febrero 2017, 19:50
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El dictamen del CSN con respecto a la central nuclear de Santa María de Garoña ha caído como un jarro de agua fría sobre los colectivos ecologistas, numerosos vecinos del entorno y diferentes representantes políticos, como los de Imagina Burgos, que hoy calificaron la decisión de "tomadura de pelo". También lo hizo Ecologistas en Acción en boca del activista Arístides García, que insistió en que el CSN es un organismo formado por "personajillos" con perfil político que "carecen de conciencia" y "no han querido escuchar a los técnicos que sí entienden del tema".
En este sentido, García, que ha seguido la trayectoria de Garoña desde su puesta en funcionamiento, también cargó contra Nuclenorr, que "ha tenido cuatro años" para afrontar las mejoras exigidas por el CSN y "no ha hecho nada", lo que hace temer a los colectivos ecologistas que el objetivo real de todo este proceso es abrir la puerta a posibles indemnizaciones futuras por "lucro cesante" en otras instalaciones nucleares
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