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Rosa Sánchez y Enrique Angulo trabajan con personas mayores y han sido ponentes en la jornada sobre malos tratos hoy en Ávila. P. V.
Una de cada cuatro mujeres mayores de 65 años en España atiende a una persona dependiente

Una de cada cuatro mujeres mayores de 65 años en España atiende a una persona dependiente

El maltrato en el ámbito familiar a cuidadores y cuidados, así como la falta de recursos y ayudas a los mayores dependientes, ha sido parte de la temática tratada en el XXXVIII Jornada de Prevención de Malos Tratos a Personas Mayores, en Ávila

Paula Velasco

Miércoles, 18 de abril 2018, 16:58

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El maltrato y los abusos a personas mayores, así como la manera de detectarlos y afrontarlos, han sido los temas principales que se han abordado hoy en la XXXVIII Jornada de Prevención de Malos Tratos a Personas Mayores, en Ávila, que organiza a lo largo del año en diferentes ciudades la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP).

En nuestro país tan solo se denuncia del diez por ciento de las situaciones de este tipo que se producen, ha asegurado el presidente nacional de UDP, Saturnino Álvarez Bacaicoa. «Es un tema muy oculto y muy difícil de denunciar, ya que la mayor parte de los maltratos se dan en el ámbito familiar», ha explicado.

Y es que, además de los abusos en residencias, psicológicos, económicos o sexuales que pueda haber, el grueso del problema surge dentro de la propia familia, con dos variantes.

En primer lugar está el problema de la violencia de género entre personas mayores y en la propia unidad familiar, explica Javier Álvarez Souto, sociólogo y coordinador del Programa de Prevención de Malos Tratos en UDP. «Imaginemos una relación machista en una pareja. Si en este caso la mujer pasa a ser una persona dependiente, el trato que recibe es tremendo. Pero también se da al contrario, que es lo más frecuente; que el dependiente pasa a ser el hombre. En este caso su pareja pasa a ser la cuidadora habitual y se producen todo tipo de desprecios».

En segundo lugar existe el maltrato dentro del propio seno de las familias cuidadoras. «El 25% de las mujeres de más de 65 años en España está atendiendo a una persona dependiente. Estamos hablando de una de cada cuatro, normalmente pareja o familiar, y que realizan esta tarea en el momento en el que se entra en la fase de más debilidad de la vida. El aislamiento de las personas cuidadora genera también situaciones de maltrato», asegura Álvarez.

Y es que la línea entre los roces diarios en el hogar y el maltrato «es muy fina. Este es principalmente el grueso de los maltratos», hablando siempre de situaciones de dependencia, como en el caso de mayores que sufren un deterioro cognitivo como el Alzheimer, o situaciones en las que se precisan acciones como cambio de pañales, vestimenta o aseo.

«El factor cultural es determinante», afirma este sociólogo, en España «las mujeres a las que se ha preguntado sobre este tema se empeñaban en que tenían que ser ellas las que cuidaran de sus familiares», algo asociado a la sensación de abandono si no lo hacen.

Pero no se dan cuenta de que en algunas ocasiones la mejor opción es llevarlos a una residencia, «donde van a estar atendidos, van a recibir juegos, terapia ocupacional, fisioterapia, van a tener gente alrededor, comida caliente, dieta adecuada y el rato que el familiar vaya a visitarlo va a estar prestando cuidados emocionales de calidad», asegura Rosa Sánchez, profesional sanitaria.

 

Familias que ayudan a familias

 

Rosa Isabel Sánchez y Enrique Angulo son madre e hijo, y ambos son profesionales del ámbito sanitario; ella en la Gerencia de Atención Primaria y él en enfermería, realizando labores principalmente en residencia.

Ambos viven de cerca el día a día de las personas mayores, dependientes y no dependientes. Y han sido ponentes en esta jornada en la que se han tratado variados temas relacionados con el maltrato. «En casa es súper enriquecedor porque vemos el mismo tema con enfoques diferentes», asegura Enrique. «Me pone un poco los pies en la tierra, contándome la realidad que se vive fuera del despacho», cuenta Rosa.

Ambos están de acuerdo en la importancia que tiene el apoyo a las familias con personas dependientes a su cargo y la importancia de tener una pronta respuesta de los cuerpos de seguridad y el apoyo de las instituciones ante este problema. «En el tema de maltrato a mujeres o en temas infantiles se activan enseguida los servicios sociales, la fiscalía es rápida, las casas de acogidas están abiertas, hay donde ingresar a la mujer. Pero ¿qué alternativas tenernos con los mayores? ¿A dónde van cuando acuden a la comisaría o a nosotros porque están sufriendo algún tipo de violencia? No hay un protocolo establecido eficaz y ágil».

Rosa segura que desde la Atención Primaria es importante conocer la existencia de este maltrato, tanto en cuidadores como en cuidados. En la atención primaria de Castilla y León existe un Programa de Atención a la Persona Anciana en el que «intentamos diagnosticar síndromes normales de esta edad como desnutrición, prevención de caídas, pérdidas cognitivas,... Pero también evitamos el estrés del cuidador, y que este se cuide. Algunos centros incluso realizan talleres para formarlos o que puedan controlar su ansiedad para que no se agoten».

Y es que en muchas ocasiones la soledad del cuidador provoca estos malos tratos. El familiar que se encarga de los cuidados de la persona mayor carga con el peso de sus propias familias más el de la persona dependiente, provocando en ocasiones «roces con sus hermanos, familiares, etc., que al único que perjudican es al más vulnerable; al dependiente», aseguran madre e hijo.

El sociólogo Javier Álvarez asegura que existe un gran «abandono institucional de todas estas situaciones. Se suponía que con la ley de dependencia se iban a aportar recursos que permitieran el apoyo a estas familias, pero no se está produciendo».

 

 

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