El padre Antonio González ante una flecha roja de la ruta.

70 personas se inscriben en la ruta entre Ávila y Alba de Tormes sobre Santa Teresa

El trayecto ‘De la cuna al sepulcro’ tiene 115 kilómetros guiados y empezará a recorrerse el próximo 21 de agosto

el norte

Sábado, 16 de agosto 2014, 20:30

Más de 70 personas se han inscrito para participar en la ruta inaugural De la cuna al sepulcro, entre Ávila y Alba de Tormes, y se espera que la cifra aumente durante los próximos días. Desde hace un año, en la explanada de Los Cuatro Postes de Ávila, puede verse una flecha roja con forma de T pintada en el suelo, sustentada sobre tres puntos. Esa flecha, situada en el lugar hasta donde la niña Teresa llegó con su hermano dispuesta a partir a tierra de moros, marca los orígenes de un itinerario que une el principio y el fin de la vida de esta santa universal a lo largo de unos 115 kilómetros.

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Los orígenes de esta ruta se remontan al año 1990, cuando la familia carmelita llevó a cabo una marcha teresiano- sanjuanista con ocasión del IV Centenario de la muerte de San Juan de la Cruz. Aquel primer itinerario recorría las provincias de Salamanca, Ávila y Segovia y pasaba por lugares como Duruelo, Mancera, Fontiveros, Arévalo o Medina del Campo. «Aquella fue la primera experiencia de estos caminos inspirados en Santa Teresa y San Juan», recuerda a Ical el Padre carmelita Antonio González, promotor de este recorrido, mientras recorre la carretera de Salamanca desde Los Cuatro Postes en busca de la siguiente flecha.

El próximo 21 de agosto, un grupo de peregrinos realizará, por primera vez esta ruta. La iniciativa conjuga espiritualidad y turismo y, por tanto, los dos grandes objetivos con los que unos y otros afrontan el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, que arranca el próximo 15 de octubre.

En el proceso de creación de este itinerario figuran el Carmelo Descalzo y la Asociación de Turismo de la Moraña. Los carmelitas porque desde principios de los 90 realizan rutas teresianas y la asociación morañega porque vio en el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, una oportunidad para dinamizar sus pueblos y poner en valor sus vínculos con esta espiritualidad.

Grupos de Jóvenes

Desde entonces, casi todos los años se ha formado un grupo, principalmente de jóvenes, que recorrían lugares de inspiración teresiana por Castilla o Andalucía, siempre tras los inquietos pasos de la monja andariega. «El camino y la experiencia de recorrerlo están íntimamente ligados a la espiritualidad de Santa Teresa y San Juan, de ahí que De la cuna al sepulcro se perfile como una muy buena forma de acercarse a ellos y comprenderlos», apunta el Padre Antonio. Y añade «caminar te desinstala, te evade de este mundo de prisas y te obliga a salir con lo esencial, avanzar despacio e irte encontrando contigo mismo».

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La ruta aúna, peregrinación, cultura, deporte y promoción turística. A la vivencia de sentir el camino teresiano, se une el patrimonio religioso y cultural de los pueblos por los que pasa; la actividad deportiva, ya que también se concibe como un recorrido para ciclistas; y la promoción turística de los lugares teresianos, deseosos de registrar huellas que sellen para siempre su vínculo con los místicos más universales. «Se une todo esto porque hay algo valioso desde distintos puntos de vista que hace que se ayuden mutuamente», asevera González.

Los sobrios paisajes de La Moraña, meseta en estado puro, sintonizan con la austeridad que promulgaba con su vida y su obra Teresa de Jesús, presente en las primeras marcas de esta ruta sobre la que se han dibujado alrededor de 200 hitos de hormigón que se están fabricando para señalizarla.

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«Este encargo está financiado por la Diputación de Ávila, a la que se suma la Diputación de Salamanca con los azulejos que señalizarán los pueblos por los que pasa, 17 en total», subraya el carmelita. Se espera que para la ruta inaugural la mayor parte de este material esté colocado, aunque en caso contrario, el Padre Antonio aclara que no habrá problemas en el recorrido puesto que estos vienen a reforzar una señalización ya presente.

Abelardo Arteaga explica a Ical que ha realizado la ruta bautizada como De la cuna al sepulcro, unas cinco veces en los últimos 20 años. Este valenciano ha formado parte de diversos grupos de pastoral del Carmelo, formados por unos 40 peregrinos llegados desde distintos puntos de la geografía española. En 2013 se dio el paso de señalizar el itinerario, así que los participantes se hicieron con botes de pintura roja para dibujar las flechas, previo permiso de los ayuntamientos por los que pasaban.

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Después de unos ocho kilos de pintura y más de 300 flechas, vieron cumplido su objetivo y dejaron asentado el terreno para la idea que un año después plantearía la Asociación de Turismo de la Moraña. El grupo del pasado año lo formaron peregrinos de la Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Castilla y León y varias personas con parálisis cerebral de Tarragona. Tras este primer paso, Abelardo celebra que se haya dado un carácter oficial a la ruta, algo que la refuerza e impulsa su continuidad. Arteaga guarda gratos recuerdos de la acogida que les han ofrecido los vecinos de los pueblos por donde pasaban durante la experiencia.

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