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María Rosa Suárez Zuloaga y Andrea Pascual Barroso, ayer en el Museo Ignacio Zuloaga. / C. A.
Pedraza recobra la memoria
LITERATURA

Pedraza recobra la memoria

El castillo de la villa acoge la presentación de un libro sobre el cautiverio que los hijos del rey Francisco I de Francia sufrieron en la propia fortaleza

CARLOS ÁLVARO

Jueves, 15 de mayo 2014, 19:28

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'Dos niños príncipes franceses cautivos en Castilla (1525-1530)' es el título del libro que la periodista Andrea Pascual Barroso ha presentado en el castillo de Pedraza, escenario de aquel cautiverio tan ligado a la historia de la propia villa segoviana. Fue un acto sencillo pero emotivo y cargado de simbolismos. De anfitriona ejerció María Rosa Suárez Zuloaga, nieta de Ignacio Zuloaga (el pintor compró la fortaleza pedrazana cuando el año 1925 tocaba a su fin e instaló en él su estudio).

Pero el motivo de la presentación de ayer no era el gran pintor Zuloaga, sino la historia del propio castillo, concretamente del cautiverio que sufrieron los hijos del rey de Francia Francisco I, los niños Francisco y Enrique, cuando el emperador Carlos V dominaba el mundo. La encargada de desempolvar tan curioso episodio ha sido Andrea Pascual Barroso, que ha buceado en archivos y bibliotecas de España y Francia y ha conseguido recoger datos hasta ahora desconocidos acerca de los hechos acaecidos en el siglo XVI en Pedraza y otras poblaciones de Segovia, Palencia, Soria, Valladolid y Burgos, donde estuvieron como rehenes los hijos de Francisco I de Francia. La lectura de cartas escritas hace cinco siglos permitió a Andrea Pascual, vinculada a Pedraza por lazos familiares, descubrir, por ejemplo, qué personalidades del gobierno francés se desplazaron hasta Pedraza para ver a los niños.

«De niña cuenta la autora supe por mis padres y abuelos que en este castillo habían estado prisioneros dos príncipes franceses. Luego, cuando hice el Bachillerato, conocí por fin la historia, los problemas que el rey Francisco I de Francia tuvo con el emperador Carlos V y que el monarca francés intercambió su libertad por la prisión de sus hijos. Los niños llegaron a Castilla en 1526 pensando que solo era una cuestión de tres meses, hasta que el rey cumpliera los compromisos con el emperador Carlos, entre ellos la devolución de Borgoña, pero no fue así y la estancia se convirtió en un cautiverio. Los pequeños, que tenían 7 y 6 años, llegaron acompañados de 250 súbditos, entre médicos, maestros, militares, lavanderas... Las relaciones entre el rey de Francia y el emperador se enturbiaron y los niños estuvieron retenidos en Pedraza hasta el 24 de marzo de 1530. La verdad es que toda Europa estuvo pendiente de este episodio».

Los documentos a los que ha tenido acceso Andrea Pascual le han permitido conocer la vida que los príncipes Francisco y Enrique llevaron en el castillo de Pedraza, del que no les dejaban salir. «Al principio no lo pasaron mal. Ellos venían con su séquito y estaban bien atendidos, pero el tiempo pasó y el emperador encarceló incluso a la mayoría de sus servidores porque la manutención dependía de él. Los niños tuvieron que sufrir, pues no les dejaban salir de la fortaleza. Cuando pasaban cerca de la puerta, levantaban el puente para que no pudieran escapar. Había miedo a la elevada mortalidad infantil y también de que pudiera inmiscuirse alguna persona con el objetivo de envenenar a los príncipes», cuenta Andrea Pascual. Una vez liberados, los niños regresaron a Francia. Francisco, el delfín por ser el mayor, murió con 17 años, y Enrique llegó a reinar con el nombre de Enrique II.

«Lo he pasado realmente bien invetsigando y escribiendo esta historia. Era una aventura que tenía pendiente desde hacía tiempo, pero no me decidía a rematarla, aun teniendo la documentación precisa. Cuando me jubilé pensé en mi hija, que también es periodista, para que le diera forma, y me puse a ordenar los documentos. El caso es que me enganché y, bueno, han sido dos años de duro trabajo, pero el resultado ha merecido la pena», confiesa la investigadora.

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