Genarín vuelve a las calles de León entre miles de personas

Genarín, «borrachín y pellejero», según las crónicas, murió el 29 de marzo de 1929 atropellado por el primer camión de la basura que tuvo León, cuando se encontraba orinando. En su memoria y como homenaje a sus andanzas, la capital acoge cada año, en la noche del Jueves Santo, una peculiar procesión que cada año congrega a miles de personas llegadas de toda España.

El ritual de esta celebración en la que el consumo de alcohol es uno de sus principales ingredientes incluye una procesión por las calles del Barrio Húmedo que tiene como momento culminante la ofrenda que se deposita en lo alto de la muralla de León, donde murió Genarín. La ofrenda incluye orujo, queso, una naranja y laurel y este año el portador de la misma realizó el ascenso con arnés, por seguridad propia y para mayor tranquilidad de los organizadores.

La fiesta, que se prolonga durante toda la noche y en no pocos casos sigue en las primeras horas del Viernes Santo comienza con una cena de confraternidad de los miembros de la Cofradía de Nuestro Padre Genaro en la que se da lectura a los versos burlescos ganadores del concurso que convoca la organización y se inviste ,en su caso, a los nuevos discípulos del colectivo, que son bautizados con orujo.

Batallón de limpieza

El buen tiempo propició este año una gran participación en la celebración más pagana de la Semana Santa Leonesa. Según fuentes policiales, no hubo que lamentar ningún incidente destacable a pesar de la enorme afluencia de público. Eso sí, las calles del casco histórico, especialmente las del Barrio Húmedo y las de zonas donde se encuentran ubicados establecimientos de ocio amanecieron completamente llenas de residuos: Botellas, papeles, vasos y otro tipo de desperdicios fueron retirados desde primera hora de la mañana por numerosos efectivos del servicio de limpieza municipal, que se emplearon a fondo para dejar limpias unas calles por las que el Viernes Santo pasan procesiones y miles de viandantes.