Los buzos localizan destrozadas las piedras que cayeron del Puente Mayor

La inmersión tuvo lugar hace dos semanas y su resultado fue un éxito a medias. Los buzos de la Asociación Amigos del Pisuerga Susana Giralda, Javier Marqués y Guillermo del Caño han localizado en el fondo del río las piedras de los rompeaguas o tajamares que se han ido desprendiendo desde 2010 del Puente Mayor, el viaducto más antiguo de la ciudad, construido en 1080 por orden de la condesa Doña Eylo, esposa de Pedro Ansúrez, fundador de Valladolid.

Sin embargo, la alegría duró poco. La mayor parte de los elementos se calcula que son cuatro piezas se encuentran muy deterioradas. «Por lo que han visto los submarinistas y por lo que se ve en las imágenes están destrozadas, habría que recomponerlas por completo y no merece las pena sacarlas», explica Luis Ángel Largo, presidente de esta entidad que se ocupa de cuidar el río de forma altruista.

Los tres especialistas bajaron entre dos y 4,5 metros aguas arriba del puente. La visibilidad era buena y pronto encontraron estas piezas, que se han ido cayendo por las sucesivas limpiezas de troncos y malezas en los ojos de este paso sobre el cauce. La utilización de maquinaria pesada tras la riada de 2010 fue la que más afectó a la estructura y la que provocó los desprendimientos de más calado.

Los buzos han grabado un vídeo de su inmersión, que ha sido entregado a la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento para que compruebe el estado de los restos de los rompeaguas. La responsable del área, Cristina Vidal, avanza que se estudiará el documento y el departamento decidirá sobre su posible reposición. Esta era la segunda bajada al fondo del río que los Amigos del Pisuerga realizaban en busca de estos restos. La anterior tuvo lugar el pasado mes de julio cuando dos submarinistas se sumergieron a los pies del puente. Entonces sacaron varias piedras del fondo, pero cuando las examinaron en superficie se comprobó que eran rocas naturales.