Borrar
Un ganadero observa varias obejas muertas por los ataques de los lobos. / Ical
Los ataques del lobo provocan pérdidas de más de 400.000 euros en cinco años
PROVINCIA

Los ataques del lobo provocan pérdidas de más de 400.000 euros en cinco años

2012 fue el peor año, con más de 500 ovejas muertas en casi cien ataques en Salamanca

FRANCISCO GÓMEZ

Domingo, 8 de diciembre 2013, 14:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La presencia del lobo se ha convertido en numerosas comarcas en una de las grandes preocupaciones de los ganaderos salmantinos. En un momento más de la crisis que azota el sector, explotaciones de la provincia, y en especial las de la zona norte, ven cómo los ataques de estos animales pueden arruinar los resultados de un año e incluso, combinados con otros problemas, contribuir a poner en serio riesgo su viabilidad de económica.

Según los datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, en la provincia de Salamanca en los últimos cinco años han muerto cerca de 1.500 cabezas de ganado a manos de ataques oficialmente considerados de lobo, a las que se podrían sumar algunas decenas más incluyendo las que se adscribe en las estadísticas oficiales a los perros asilvestrados.

En líneas generales, las cifras señalan que el 80% de las cabezas muertas corresponden a explotaciones de ovino, mientras que el 20% restante serían cabezas de vacuno.

Un reparto más o menos constante, aunque puede sufrir ligeras variaciones, como en el año 2012. Esa anualidad, la peor de las últimas cinco en la provincia de Salamanca y una de las peores de las que se tiene registro, murieron por los ataques del lobo 646 cabezas de ganado, de las que 555 (el 85%) fueron de ovino.

A partir de estos datos, organizaciones ganaderas como Asaja consideran que las pérdidas sufridas por la cabaña ganadera de la provincia pueden superar los 400.000 euros en estos años, considerando un daño de 230 euros por cada uno de los más de 1.100 ejemplares perdidos de ovino y de 500 euros por los más de 250 de bovino. Datos que, no obstante, tienen el carácter de estimaciones, ya que el cálculo de las pérdidas depende en realidad de muchos factores concretos, como el posible estado de gestación de las cabezas de ovino y el daño a futuro que genera el ataque y, por otra parte, los ganaderos consideran que habría en realidad más ataques de los lobos de los que tiene constancia la administración.

Sin denuncia

El presidente de Asaja Salamanca, Luis Ángel Cabezas, insiste en que «es difícil dar cifras sobre la verdadera dimensión del problema porque hay muchos ganaderos que sufren ataques del lobo y no los denuncian porque tal y como están las cosas saben que no van a sacar nada y que lo único que van a hacer es perder el tiempo».

Un 15% sin denunciar

Aunque la Consejería reconoce que el número de ataques sin denunciar puede rondar el 15%, para el presidente de Asaja la realidad es otra: «En estos últimos años pensamos que la mitad de los ataques se quedan sin denunciar, porque el ganadero sabe que no adelante nada con ello», afirma.

Cabezas explica que uno de los problemas es que para percibir una posible indemnización ante un ataque de lobo, el ganadero debe haber suscrito previamente un seguro de compensación. Una figura que muchos profesionales del campo desestiman porque «nos encontramos que a veces vale más el collar que el galgo», explica gráficamente el presidente de Asaja.

La Opa lleva varios años defendiendo ante la Consejería un cambio radical en la gestión del problema, de manera que el ganadero pudiera recibir de manera rápida la compensación únicamente avalando un certificado veterinario realizado en el lugar del ataque en el que se contemple si el daño ha sido ocasionado de manera irrefutable por el lobo y cuál era el valor de las cabezas perdidas. «De esta forma sí conseguiríamos que se denunciaran el 90% de los ataques y veríamos la verdadera dimensión del problema», señala Cabezas.

Y es que para los ganaderos la realidad es que «partimos de un problema irresoluble que es querer hacer al lobo compatible con la ganadería extensiva, que es lo mismo que querer mezclar agua y aceite y obtener una mezcla homogénea», subraya el presidente provincia de Asaja, quien insiste en que «esa hipotética convivencia es totalmente antinatural y si las administraciones quieren que exista, lo lógico es que asumamos los costes entre todos, no solamente los ganaderos con unas indemnizaciones miserables después de cada ataque».

Crecimiento alarmante

Una situación que, en todo caso, según Asaja se está agravando por «un crecimiento alarmante de la población del lobo, que está llevando a que se vuelvan a ver lobos en sitios de Salamanca donde hace casi medio siglo que no se había vuelto a hablar de este problema».

Municipios como Topas y Valdelosa, al norte de la provincia, son los más afectados cada año por estos ataques, aunque el problema está comenzando a tener un impacto importante en comarcas como la de Vitigudino o más al sur la del Argañán, donde los ganaderos sospechan que podría haberse asentado una manada.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios