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Las pintadas antifascistas sobre la señal de Valladolid, escritas para borrar otras de extrema derecha, saludan a los conductores que acceden a la capital por la carretera de Renedo. / R. Otazo
La Policía detecta un descenso de la actividad en la izquierda más radical en la capital vallisoletana
GRUPOS IDEOLÓGICOS JUVENILES

La Policía detecta un descenso de la actividad en la izquierda más radical en la capital vallisoletana

Los 'skins' antifascistas, que aún superan en número a sus opuestos, reclutan a los jóvenes a través de las protestas sociales

J. S.

Viernes, 22 de noviembre 2013, 11:47

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«No creo en esa creencia simplista de que la extrema derecha es mala y violenta y la extrema izquierda es buena y social», considera un inspector de la Brigada de Información de la Policía Nacional que lleva años investigando la actividad de estos movimientos en la capital. Su experiencia le lleva a matizar que, «aunque no se puede criminalizar a un grupo en su conjunto, sí es cierto que el antifascismo más radical también oculta vandalismo, consumo de drogas y actos de incitación a la violencia» dirigidos contra sus antagonistas.

Tanto es así que el experto asegura que la actividad de estos grupos en la capital, pese a que sus ramas más llamativas las Brigadas Antifascistas ('skins' apolíticos contra los prejuicios raciales o Sharp) o los Redskins (de carácter anarquista) no son demasiado significativas, se centra principalmente en torpedear las actividades organizadas por los grupos neonazis, formados en la ciudad por un centenar de simpatizantes, a través «de contramanifestaciones convocadas cada vez que se mueven sus contrarios y de actos de protestas contra sus sedes».

Pero la extrema izquierda, al menos a efectos policiales, es mucho más amplia y pese a que los agentes han detectado un descenso tanto de su actividad como de su número en los últimos meses, algo que atribuyen al encarcelamiento de algunos de sus cabecillas , el experto considera que se trata de «algo cíclico» y aclara que el número de simpatizantes de estos movimientos, pese a todos, «es aún superior al neonazi». Eso en cuanto al ala más radical, ya que los movimientos de extrema izquierda más moderados sí son claramente mayoritarios en la ciudad.

Lo que sí destaca el especialista es que el nivel de organización de la extrema izquierda es «muy superior» al de sus antagonistas y su actividad, al margen de posibles ilegalidades, está mucho más centrada en las reivindicaciones sociales de todo tipo. «Las organizaciones juveniles de los partidos oficiales se acercan a las protestas mayoritarias, desde educativas, laborales o ecologistas hasta vecinales, para captar allí a los simpatizantes más jóvenes», considera el agente, que ayer protagonizó la segunda jornada sobre Grupos Ideológicos Juveniles organizada por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) en el salón de actos de Comisiones Obreras (CC OO).

Más visibles en la calle

El grado de organización de las distintas facciones moderadas de la extrema izquierda, compuesta por decenas de plataformas y colectivos menores, es tal que su modelo de captación de simpatizantes «está siendo imitado por los grupos neonazis para incrementar, como están haciendo, su presencia en Valladolid».

La actividad ordinaria de estos grupos, en cualquier caso, no difiere demasiado, a juicio del experto, de sus opuestos, en cuanto a la celebración de conciertos de música RAR (Rock Anti Racista), actividades deportivas o publicación de fanzines para recaudar dinero, aunque en lo que sí superan con creces a los movimientos neonazis es en su presencia en la calle, en especial, a la hora de manifestarse en torno a las sedes y actividades que realizan los grupos de extrema derecha. Estos últimos, sin embargo, sí han sido en los últimos años protagonistas en cuanto a agresiones violentas, con navajazos incluidos, contra los integrantes de grupos antifascistas.

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