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CUARENTA AÑOS EN IMÁGENES

La respuesta al olvido político y mediático

Médicos sin Fronteras repasa su historia y sus principios de acción humanitaria con una exposición en el teatro Juan Bravo de Segovia

C. B. E.

Martes, 21 de mayo 2013, 22:12

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Unos, dos, tres... y sí hasta cuarenta años de acción humanitaria deberían ser motivo más que suficiente de festejo y homenaje. Y aunque las felicitaciones por esa labor son más que merecidas, Médicos sin Fronteras tiene poco que celebrar, como señalan sus representantes. Su simple existencia, su trabajo y los testimonios relatados y retratados en primera persona y tiempo presente significan que aquella voluntad con la que nació esta organización en defensa de la intervención médica con independencia de intereses políticos o injerencias económicas para prestar asistencia en situaciones de emergencia sigue estando vigente.

Médicos sin Fronteras echa la vista atrás, repasa su trayectoria y se reafirma y reivindica en su tarea de denuncia a través de las treinta instantáneas que colman de contenido a la exposición fotográfica '40 Años de acción humanitaria independiente'. La muestra ha sido presentada hoy y se inaugurará este miércoles 22 de mayo en el teatro Juan Bravo de la capital segoviana. Es solo una pizca de un abultado álbum de recuerdos que nunca habría de celebrarse pero que aviva la llama de las conciencias sobre la importancia de la actuación humanitaria que desarrolla la organización. Estará abierta al público hasta el 19 de junio.

Lamentablemente las crisis a las que responde a día de hoy Médicos sin Fronteras «recuerdan mucho a las primeras emergencias en las que intervino la organización hace cuarenta años», explican sus representantes en la presentación de esta exposición. Corría el mes de diciembre de 1971 cuando nació esta organización. Fue a raíz de las frustraciones compartidas por un grupo de médicos y de periodistas. Unos rebelándose ante el mandato de la organización en la que trabajaban que les impedía prestar testimonio sobre el genocidio de los ibo en Biafra (Nigeria, 1968); otros por la ineficacia con que se atendió a las víctimas de las inundaciones de 1970 en el por entonces Pakistán Oriental, hoy Bangladesh.

Neutralidad, independencia y convicción

El objetivo siempre ha sido el mismo: preservar la vida, aliviar el sufrimiento y restablecer la dignidad de las personas en los periodos en los que la supervivencia se ve amenazada. La entidad, para ello, asienta su trabajo sobre los pilares de la independencia, la neutralidad, la no discriminación y las convicciones como la transparencia, el profesionalismo y la innovación, esgrimen los portavoces de la ONG.

La exposición instalada en el teatro Juan Bravo contempla la historia de Médicos sin Fronteras a través de algunos de los principales contextos en los que ha intervenido en estas cuatro décadas de historia. Muestra la prestación de asistencia a poblaciones en situación precaria y a víctimas de conflictos armados, su ayuda en desplazamientos forzados, su atención en enfermedades endémicas y epidemias, su intervención en catástrofes naturales, en escenarios de violencia social y en episodios de exclusión de la atención sanitaria localizados a lo largo y ancho de los cinco continentes.

A lo largo de estas cuatro décadas el acceso a las poblaciones siempre ha sido difícil; sin embargo Médicos sin Fronteras constata que «en la actualidad el respeto por las intervenciones humanitarias se ha reducido aún más», lamentan los representantes de la ONG. Cada vez resulta más complejo negociar la presencia de los equipos y preservar la seguridad de los proyectos en entornos volátiles.

«Las amenazas no vienen únicamente de la obstaculización y el acoso en terreno, sino de preocupantes estrategias de manipulación y politización de la ayuda humanitaria en beneficio de otros intereses que no son los de las poblaciones necesitadas de ayuda urgente», alerta la organización, que cuenta en Segovia con 846 socios y colaboradores de un total de 1.800 en toda la provincia.

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