Borrar
SEGOVIA

Tres matrimonios orgullosos del trabajo en los fogones

La cita gastronómica de la AIHS finaliza en Zamarramala con el merecido homenaje a tres parejas veteranas

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ

Lunes, 11 de marzo 2013, 12:37

El comedor del restaurante La Postal, lleno. Y la emoción del homenaje a los tres matrimonios, desbordando. Con este acto finalizó la Semana de Cocina de Segovia, con el reconocimiento al buen trabajo de muchos años en los fogones de Nicolás Fernández, Fuencisla Pardo, Juan Manuel Gómez, María Luisa Lázaro, Primitivo Martín y Josefa Muñoz, seis personas muy orgullosas de su labor y muy aplaudidas por sus compañeros de profesión.

Desde su jubilación hace unas cuantas semanas, Nicolás Fernández Súbtil solo cocina para los amigos y en circunstancias especiales; empezó a trabajar con 15 años en el colegio Claret, siguió el aprendizaje en los restaurantes Duque y Florida, luego en Asturias y en Madrid, hasta que regresó a Segovia, a Los Ángeles de San Rafael. Durante casi cuatro años dejó el oficio para trabajar en Femsa, hasta que su amigo José Luis Gómez de Diego le llamó hace 33 años «para que le echara una mano» cuando abrió La Concepción en la Plaza Mayor. Sus viajes durante las vacaciones al restaurante de Juan Mari Arzak le dieron «la chispa de hacer una cocina distinta». La hizo; es el renovador de la cocina segoviana, «pero no quiero ponerle etiquetas», y le han seguido muchos. Su lema, «disfrutar trabajando», le lleva a sentenciar que «quien no esté dispuesto a dedicar horas y cariño a la cocina, que haga otra cosa».

Muy jóvenes empezaron también Juan Manuel Gómez y María Luisa Lázaro, que en 1979 se hicieron cargo del negocio familiar, el bar Flor que había llevado los padres de él durante 37 años en la bajada del Carmen, primero «una tabernilla» que luego reformaron y donde «hemos trabajado muy bien» desde el primer momento, aunque de forma especial cuando terminaron el llamado polígono de San Millán, que llevó muchos vecinos nuevos al barrio.

Treinta y tres años de trabajo muy variado, con un contacto muy directo siempre con la clientela y tiempos buenos «en las mejores épocas no se cabía, casi no se podía entrar», apunta María Luisa y otros no tanto, sobre todo en los últimos, cuando habían logrado mantener una parroquia muy joven, porque «el botellón nos fastidió mucho y ahora el barrio ha decaído». Con este homenaje, «se ven recompensados muchos años de duro trabajo», añade, y agrega una satisfacción adicional: «Estamos contentos porque se reconoce el trabajo de los pequeños establecimientos».

Primitivo Martín y Josefa Muñoz han pasado «toda la vida juntos en la cocina desde que abrimos en 1975 el restaurante Las Columnas». Antes, Primitivo estuvo 22 años en Cándido, y Josefa unos cuantos en El Bernardino. Y en su última etapa, desde hace 12 años, han trabajado en Collado Hermoso, en La Matita, toda una referencia de la cocina tradicional, de los platos de caza y de jornadas de setas, donde han dado el relevo a tres de sus cuatro hijos, Jesús, Pepe y Primitivo.

«Nuestra vida ha sido el restaurante, al que hemos dedicado muchos sacrificios, y estamos muy orgullosos de ello y de que todos nuestros hijos María Jesús ha abierto su propio restaurante sigan llevando la tradición de la hostelería», declara Primitivo. Su experiencia ya fue recompensada hace unos años en otra Semana de Cocina, dice, «el homenaje ya me lo dieron, ahora es más a mi mujer, que siempre ha estado a mi lado, me ayudaba y cogía las riendas cuando hacía falta, pero estamos muy emocionados, es una satisfacción que te reconozcan por el trabajo al público».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Tres matrimonios orgullosos del trabajo en los fogones