Pedro Duque, con los pies en la Tierra

Por quinto año consecutivo, el astronauta español Pedro Duque iluminó con sus conocimientos espaciales a los alumnos de los cursos de verano de la Politécnica de Madrid, que tienen lugar en la Granja de San Ildefonso. En su master class, titulada 'Exploración y Estudio del Espacio', Duque explicó los diversos modos que existen de examinar el cosmos y específicamente, cómo hacer ciencia en la Estación Espacial. ¿Qué ocurre con los líquidos? ¿Qué experimentos científicos se pueden hacer en estado de ingravidez? ¿Cuáles son los efectos para la salud humana de vivir en una nave espacial? A todas esas preguntas dió respuesta el afamado ingeniero aeronáutico, que actualmente desarolla su trabajo en el Centro de Control Europeo de la Estación Espacial, al margen de su labor en la dirección de la empresa Deimos Imagining.

Uno de los aspectos más destacados de la ponencia de Duque fue el relato sobre las consecuencias físicas que conlleva vivir sin gravedad. «La ingravidez no es tan incómoda como parece, y puede resultar incluso divertida», bromeó Duque. Lo cierto es que vivir en una nave espacial conlleva un deterioro de los huesos (ya que a menor presión, las células se comen el calcio más velozmente) y una serie de transtornos en el sistema locomotor. Para evitarlo, los astronautas realizan ejercicios una media de dos horar diarias a bordo de la nave.

Dejando de lado el contenido de la ponencia, Duque quiso mostrar su desacuerdo con la escasa financiación que recibe el sector espacial por parte del Estado español. «En períodos de crisis lo último que debería recortarse es la investigación científico-tecnológica», comentó el experto. No obstante, Duque piensa nuestro país cuenta con unas industrias que producen ciertos nichos tecnológicos, con algunos productos muy competitivos y profesionales bien cualificados, a pesar de que el volumen de trabajo no sea muy amplio por la poca inversión. «Allí donde dejan entrar a la industria española, ésta goza de buena reputación», dijo.

Sobre si volverá a embarcarse en una aventura en el espacio, el astronauta mostró su interés por realizar lo que sería el último viaje galáctico de su carrera. «No es fácil, tengo la intención de hacerlo, pero aún faltarían algunos años, conlleva un proceso de preparación muy largo», relató. Cada año, un miembro del Centro de Control tiene la obligación de trasladarse a la Estación Espacial por un período de seis meses. Actualmente tres astronautas se hallan en el proceso de entrenamiento, y tras ello Duque quizás comenzaría los preparativos para su regreso al espacio.

El hombre volverá a viajar a la luna, y con total seguridad tendrá nacionalidad china. Así lo cree Duque, que afirmó que el país oriental es la única potencia que contempla en sus programas un viaje al satélite. «China, al ritmo que va, alcanzará a Estados Unidos en este campo en unos diez años» ha dicho Duque, que alaba el entusiasmo ciudadano que existe en el país gobernado por Hu Jintao con respecto a la investigación del espacio. Una ilusión que según él se ha mermado entre la población europea y americana en los últimos años.

China compró tecnología espacial a Rusia hace diez años. Ello le dió empujón y hoy es uno de los países que más firmemente apuestan por la investigación en el exterior de La Tierra. Europa tan sólo controla el 8,3% de la Estación Espacial y la crítica situación del continente no hace presagiar un crecimiento de la inversión.