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ENTREVISTA A ARA MALIKIAN

«Hay dos cosas universales en el mundo: la risa y la música»

El músico libanés de origen armenio actúa este martes en el Festival Folk Segovia, donde presenta 'Colores'

CÉSAR BLANCO

Domingo, 24 de junio 2012, 22:47

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El Folk Segovia que más acentos va a hablar de los últimos años cuenta este año con Ara Malikian, que como el festival que lo acoge es todo un contenedor de culturas y tradiciones que ha recopilado y asimilado. Este martes día 26, el libanés de origen armenio, considerado uno de los mejores violinistas del mundo, desplegará su espectáculo 'Colores' en los jardines de los Zuloaga. Será a las 23:00 horas, y ya solo contemplar ese escenario le resulta inspirador, reconoce el músico que ya conoce otras plazas segovianas como Pedraza y sus Conciertos de las Velas o las Noches Mágicas de La Granja.

Este recital es un homenaje que el virtuoso intérprete brinda al pueblo zíngaro del este de Europa, Rusia y Hungría, con raíces probablemente indias. La riqueza de matices compone esa paleta cromática que da nombre, música y movimiento al repertorio de sonidos y ritmos que construyen la identidad de un pueblo. Ara Malikian, al fin y al cabo, no deja de poseer ese espíritu nómada que le ha llevado recientemente a Berlín, desde donde atiende a esta entrevista antes de viajar a España exclusivamente para participar en el Folk Segovia.

'Colores' es un tributo a los zíngaros que recorrieron el mundo empapándose de las culturas y músicas de los países hasta que llegan a España. ¿No es usted también un poco zíngaro?

Me identifico con ellos en mi trayectoria. He tenido la suerte de viajar y conocer muchos países y culturas y de aprender de cada uno de ellos. 'Colores' es un homenaje a mis experiencias y a esas vivencias. Es un proyecto que espero nunca acabe porque todos esos encuentros musicales y culturales me hacen crecer.

Deduzco que aún le queda mucho por experimentar y vivir.

Es la gran ilusión de mi carrera y espero nunca pederla. Siempre me he preocupado de nunca perder la inspiración. Confío en continuar aprendiendo cada día, en seguir creciendo y descubriendo cosas hasta el último momento de mi vida. Cuando un músico cree que ha llegado a su 'top' y considera que no puede aprender más es el final de su carrera.

Sus espectáculos envuelven la música clásica para hacerla más accesible.

Lo más importante en la vida es reírte de sí mismo. Hay dos cosas universales en el mundo, que son la risa y la música. Si llegas a un sitio y no sabes hablar el idioma, siempre te entiendes sonriendo o tocando música. En mis espectáculos me gusta tener presente el buen humor para acercarme a la gente.

¿Se siente una especie de revolucionario de la música clásica?

No me siento un revolucionario. No quiero reivindicar nada. Quiero hacerlo a mi manera y que el máximo público posible se acerque a la música que quiero proponer. Se trata de que se pierdan los prejuicios hacia músicas que provocan ciertos miedos.

¿Y cómo se logra ese propósito?

El cambio se hace de manera natural. De hecho hay cada vez más jóvenes que escuchan, se acercan y hacen música clásica.

Sin embargo, todavía hay personas que piensan que la música clásica es para una minoría y se usa como icono elitista.

Por desgracia es así. Pero pienso que se acabará ese concepto elitista y volverá a donde siempre ha estado, que es la música popular.

«Aunque a algunos les moleste, somos entretenedores»

«El lugar donde vamos a tocar es inspirador», comenta Ara Malikian. El violinista se estrena en el Festival Folk Segovia, un encuentro que le viene como anillo al dedo por el la labor arqueológica que comparten de rescatar tradiciones musicales de las más diversas procedencias. El músico reconoce que en su trabajo «hay un poco de todo, de inspiración y de investigación también». «Aprendo muchas cosas en mis viajes, pero a la hora de tocar hay que hacerlo más desde la inspiración y la emoción porque al público no le interesa tanto una obra históricamente muy interesante, sino que se interpreta con pasión», argumenta. «Aunque a algunos les pueda molestar, somos entretenedores», concluye.

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