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segovia

Un pueblo segoviano de 24 habitantes regala un cochinillo a cada persona que se empadrone para impulsar el censo

Navares de las Cuevas ha perdido el 94% de su población en los últimos 50 años

EUROPA PRESS

Lunes, 21 de mayo 2012, 15:21

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La pequeña localidad segoviana de Navares de las Cuevas, perteneciente a la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda y distante alrededor de 90 kilómetros de la capital, ha decidido obsequiar con un cochinillo a cada habitante que se empadrone en el municipio como fórmula para garantizar su supervivencia.

Con 24 vecinos censados, esta villa del nordeste ocupa el segundo lugar por la cola en cuanto a padrón en la provincia segoviana. Gracias a dos o tres jóvenes que equilibran la balanza, sus residentes, más de un centenar durante los fines de semana y periodos vacacionales, alcanzan una media de edad de 60 años.

El pueblo, muy rico en patrimonio y de gran belleza, ofrece un bar que sirve de centro social y un albergue juvenil. El médico acude a él una vez por semana y periódicamente acuden en sus furgones el panadero, el frutero o el pescadero para proveer de alimentos. Para cualquier otro menester, los residentes deben acercarse a Bodeguillas o Sepúlveda, e incluso a Aranda de Duero, en Burgos.

En la última asamblea vecinal --Navares opera con el sistema de concejo abierto--, su alcalde, Vicente Robisco (PP), "angustiado" por la merma general del censo en el medio rural, propuso regalar un cochinillo para impulsar los empadronamientos.

Además, igual que se hace en consejos y reuniones administrativas, propuso pagar 15 euros de dieta a cada habitante que asistiera al concejo, que hace las veces de pleno del ayuntamiento, con la opción de que lo pudieran ahorrar o reservarlo para celebrar una comida vecinal.

"Se trata de fomentar la unión en el pueblo", explica a Europa Press el primer edil, quien con estas acciones trata de atajar la emigración de sus gentes a la ciudad, "signo de los tiempos" que se ha cebado en un territorio que, como dice, "desde siempre ha sido no muy rico".

400 vecinos de los años sesenta

En los años 60 Navares de las Cuevas llegó a tener 400 habitantes censados. Con la centralización de los servicios en las ciudades, sus vecinos fueron poco a poco alejándose del medio rural, hasta el punto de perderse el 94 por ciento del padrón, que tampoco se vio favorecido por la tasa de envejecimiento de la población.

Robisco, que suma su tercera legislatura al frente del Consistorio, lamenta que las administraciones no hayan puesto solución a un problema que ya se veía venir hace 40 años. El regidor se reconoce enemigo de la concentración de servicios en las grandes ciudades, lo que para él supone un alejamiento de la naturaleza y la consiguiente pérdida de calidad de vida.

Según reconoce, aunque el nuevo sistema de ordenación territorial en Castilla y León no parece que conlleve la supresión de ayuntamientos, teme que el de Navares termine desapareciendo y que se ponga fin con ello a la identidad del pueblo. De ahí su propuesta de regalar tostones, que ya ha dado sus primeros frutos.

Ayer, con motivo de la festividad de la Virgen de Hortezuela, y para evitar agravios comparativos, se quiso obsequiar del mismo modo a los vecinos ya empadronados. Durante el acto, se entregó un cochinillo al primer habitante que ha dado el paso para engrosar el registro.

Para atraer nuevos habitantes, el alcalde, propietario del albergue que funciona en Navares con éxito desde hace 16 años, esgrime algunas claves del futuro que el pueblo podría deparar, entre ellas su potencial turístico, la actividad ligada al medio ambiente o las ventajas de las nuevas tecnologías, que permiten trabajar desde casa. "Hay que echar mano de la imaginación. Sólo hace falta creer en algo y ponerlo en práctica", exclama.

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